Una noche que quedará para el recuerdo y que ya es parte de la historia de la Plaza de Toros Jorge “El Ranchero” Aguilar, después de la obra maestra de Antonio Ferrera en la que bajaron las musas y los duendes, esos que acompañaron muchas tardes al maestro Rodolfo Rodríguez “El Pana”, para cuajar una faena muy importante a un gran ejemplar de Rancho Seco.
El éxtasis no solo llegó a la afición, también a los presentes en el callejón, donde se encontraba Joselito Adame, quien sin dudarlo al final del festejo alzó a Ferrera a hombros, siendo un gran detalle del torero mexicano, que quiso honrar de esta forma a su compañero y amigo en Tlaxcala después de su pletórica actuación.