Mis héroes son los que rompen barreras y son capaces de convertir la voluntad y la fortaleza en milagros. El más reciente es Manolo Vanegas, torero, venezolano, buena gente y soñador de la gloria del toreo. Fue a puerta cerrada, pero fue brutal la cogida entrenando en Ledesma. Vértebras desplazadas, oprimida la médula, no siente ni brazos ni piernas, una corona de hierros anclados al cráneo que le inmovilizan y cuatro meses en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Nadie daba nada por su recuperación. Olvidaban que era torero y que son de otra pasta. Ya se pone en pie, con muletas (otras muletas, pero muletas al fin y al cabo) para andar un poco, para ganar un sueño que le dijeron que era imposible. Ya le quedan menos pasos. Grande tu ejemplo, tocayo.
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