La noticia taurina de la semana tuvo un tinte bucólico y seductor que desenmascara no pocos contrasentidos (el del animalismo mismamente). Los contadores de visitas de los portales taurinos se dispararon a su reclamo y las redes se llenaron de lamentos y admiración. Ha muerto Orgullito anunciaban, y el universo digital del toreo, tan amigo de la controversia y la descalificación, lloró, quién lo iba a decir, lágrimas de pena. Orgullito, que se había ganado la vida en la plaza, en Sevilla nada menos, la había perdido en el campo en una pelea de reyes o qué si no son los sementales de una ganadería. El desenlace, ya ven, supone un crudo contraste entre el sentimiento de los hombres (algunos) y la inapelable ley de la naturaleza animal.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2147
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2147 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2147 para Android