El toreo es geometría aplicada en la que el eje es el torero, y se fundamenta en las dos líneas esenciales de esa ciencia; la recta y la curva. Todo lo que le hace el torero al toro tiene una base geométrica. Pero el ruedo no es una pizarra en la que se puedan resolver los problemas con trazos ejecutados por la tiza sin estar en posesión de firmes conocimientos sobre la materia. Y además, el toro, que es el problema a solucionar, tiene, cuando es bravo, una movilidad a la que hay que adaptarse con exactitud matemática, y el error, la precipitación o la falta de valor llevan implícito el accidente o el fracaso.
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