José Antonio Chopera ha hecho como los antiguos patriarcas vascos: ampliar el caserío y preparar habitaciones nuevas para los dos nuevos miembros de su familia empresarial: Simón y Matilla. Es la tradición de su tierra y de sus mayores. Sin duda recuerda la infancia cuando bajo el mismo techo convivían los Martínez Elizondo con los Martínez Uranga. Eso está bien. Por eso ha ampliado Taurodelta y entran como consejeros Casas y Toño. Pero Taurodelta es la matriz, el caserío, y Manolito el heredero.
Pero había algo muy significativo en la masiva rueda de prensa, en la que además se adivinaba que el poder taurino estaba tangible allí, en ese tri-cuatripartito. José Antonio es el papa de este vaticano taurino, Simón Casas es el gran fichaje de las ideas y la modernidad y… ¿quiénes son, qué representan Manolito y Toño? Ése es el gran misterio de la gran alianza. El hijo de José Antonio y el hijo de Teodoro, dos padres de una inteligencia taurina poco común que se conocen el negocio de punta a rabo, no estaban allí cubriendo un papel decorativo. Por supuesto que no…
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS