Al comienzo de la lidia del quinto toro del festejo, el novillero Jorge Glison se tiró de espontáneo. Lo hizo muleta en mano, sin embargo, llegó hasta el toro sin ella, por lo que se echó de rodillas y, pegado a las tablas, le hizo un recorte de rodillas a cuerpo limpio. Rápidamente fue retirado del ruedo por los actuantes y puesto a disposición de los autoridades.
En sus redes sociales, el novillero dejó escritas horas antes de saltar al ruedo unas palabras en las que afirmaba que hacía este gesto “totalmente desesperado por la falta de oportunidades”, y pedía “sincera disculpa” a matadores, subalternos, ganaderos, empresa y aficionados. “Sé que este no es para nada el camino, pero no quiero preguntarme toda mi vida qué hubiera pasado si no agotaba hasta las últimas opciones. Soy consciente de mis actos y asumo totalmente las consecuencias de lo que haré, pero he pedido de una y mil maneras a gritos que me dejen avanzar, jugándome la vida en cada ruedo pensando que después vendrán las oportunidades en plazas de primera”.
El novillero concluía diciendo: “Cuando uno tiene la necesidad de torear te frustra y te va matando poco a poco no poder hacerlo”.