El Ceci, que este martes sufrió una cornada en la cara en la novillada sin picadores celebrada en Castellón, se recupera ya en casa y ha comenzado a ingerir líquidos. Lleva una cornada de espejo a la altura de la mejilla, con una sutura amplia en la parte exterior. “Es muy molesto”, asegura el novillero, “porque por dentro no han podido coser y la herida sangra muy a menudo”.
Pero admite que lo más doloroso es “no haber podido rematar la faena porque ya me estaba acoplando con el novillo. Ahora solo tengo ganas de ponerme bien y volver a torear, la cornada me ha dado fuerzas para seguir con más ganas si cabe”.