El Juli ya forma parte de la historia de la tauromaquia. Este domingo cerró en la Maestranza de Sevilla una etapa, veinticinco años al servicio del toreo. La emoción se palpaba desde los aledaños del coso minutos antes del inicio del festejo, y pese a que el juego de los astados no fue el que todos deseaban para una despedida, Juli se marchó con honores de la profesión. Luque también cobró protagonismo, su faena al tercero fue una gran labor y refrendó el momento del sevillano, y lo que hizo frente al sexto, una faena de lo más inteligente.