Pocas veces, pocos años, pocos inviernos, a pesar de los problemas, hemos puesto tanta ilusión informativa en América; y tanto olvido resolutivo en nuestra vieja piel de toro. Somos así. Aquí no nos preparamos para el tornado y América parece Disneyland.
Pues en España seguimos a la espera de noticias. El único que habló claro, y al menos dijo lo que piensa, cosa que otros callan, fue Eduardo Canorea. Otro tema es que tuviera razón en el cien por cien o en el veinte por ciento. Pero declaró su postura y para negociar hace falta un punto de partida de todas las partes. Luego se negocia, se acercan o se separan más las propuestas y si las cabezas están sanas se llega a un acuerdo limando asperezas, cediendo unos, mejorando otros, etc., etc. En fin: que está inventado; y están muy claras las normas de negociación. Pero de momento ya hay que esperar a que venga los Reyes y nos ilumine el nuevo año.