Alejandro Talavante abarrotó ayer la sede social del Club Taurino de Bilbao para recoger los galardones de las dos últimas ediciones de las Corridas Generales. En un entretenido coloquio dirigido por el periodista taurino y athleticzale bilbaíno, Iñigo Crespo, el extremeño habló en profundidad de su continua búsqueda interior del toreo fundamental y de su lucha durante 17 años, desde las dificultades vividas, ha ido forjando el torero que es hoy.
Talavante expresó sus sensaciones de cara a esta nueva temporada, en la que tiene claro que debe exigirse mucho para entrar en competencia con los nuevos valores de la tauromaquia que vienen apretando, y en un momento en el que su madurez, le otorga la confianza para atreverse a hacer cosas en la plaza, que antes ha imaginado y probado en el campo.
Habló también de Madrid, tan importante en su trayectoria, donde este año se enfrenta a un nuevo reto con cuatro compromisos con toros de Domecq (Juan Pedro, Jandilla), Puerto de San Lorenzo y la gesta de elegir la de Santiago Domecq y con un deseo en el horizonte: “Yo lo que quiero es romperme con un toro y emocionarme, pero las cosas muchas veces no dependen de uno”.
Además, recordó sus conexiones con lugares emblemáticos en su carrera, de lo mucho que le ha aportado México, de la originalidad de su concepto, de la influencia de maestros como El Calesero, y de Bilbao, donde soñaba con abrir un día la puerta grande y donde haberlo hecho los dos últimos años le ha hecho muy feliz.
Otro capítulo importante de la charla ha versado sobre el atrevimiento. “Sólo te atreves cuando te ves seguro”, y la confianza, parte del valor, que hay que trabajarlo todos los días.
Talavante reconoció que su tauromaquia ha bebido de tres grandes maestros: El Juli, Morante y José Tomás, modelando desde esos tres vértices en busca de la perfección. “Yo he preguntado mucho para aprender…soy muy observador”. También destacó lo fundamental que fue en sus inicios un maestro como Antonio Corbacho o sus conversaciones acerca del toreo de capa, donde Morante bebió de la fuente de Rafael de Paula.
“Me gusta mucho ser ganadero, a veces más que torear”
Capítulo aparte mereció su disertación en su nueva faceta de ganadero, en sociedad con el jugador del Real Madrid, Nacho Fernández. Vacas de Núñez del Cuvillo con la aportación de un semental de Garcigrande que ha ligado muy bien y está dando grandes resultados: “Me gusta mucho ser ganadero, a veces más que torear”, reconoció y añadió: “El toro fácil me aburre, necesito un toro con ritmo y que humille, que no se aflija… Soy del toro que embiste, quiero toros vivos, que no se desfonden”.
Con un final dedicado a su apoderado, Simón Casas al que considera un “artista a su manera” y del que dice estar muy ilusionado con su carrera, el coloquio terminó con una ovación del respetable y con las fotos de recuerdo que nadie quería perderse con el maestro.