El toreo cuenta en su ADN con la solidaridad. Decimos que el toreo es del pueblo y no puede quedarse ajeno ante la situación vivida en la Comunidad Valenciana, en Letur (Albacete) y en zonas de Cuenca. La DANA ha azotado provocando un desastre sin parangón.
Todos los sectores culturales han salido al quite y el toreo no podía ser menos. No por demostrar nada -que ya está consolidado después de cientos de años con idéntica filosofía- si no porque es la reacción espontánea de este mundo tan particular que deja a un lado el negocio para ayudar a los demás. Por poner un ejemplo similar -salvando las distancias- en 1957 unas riadas provocaron inundaciones en Valencia. Fue un 14 de octubre.
El 3 de noviembre se acartelaron en Madrid en un festival Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, Julio Aparicio, Chicuelo II, Carlos Corpas y los rejoneadores Bernardino Landete y Josechu Pérez de Mendoza con reses de Barcial y Antonio Pérez. Se acabó el papel para ayudar del mismo modo que ocurrió unos días después en Málaga donde hubo una corrida benéfica de seis matadores con Antonio Bienvenida, Julio Aparicio, Antonio Ordóñez, César Girón y Curro Girón ante toros de José Quesada.
Seguro que hubo más festejos con este motivo del mismo modo que ha habido tantos y tantos festivales benéficos a lo largo de la historia del toreo con el compromiso de los protagonistas de la fiesta con la sociedad.
La juventud ha dado toda una lección de solidaridad respondiendo desde todos los puntos de España para ayudar con sus botas de agua y sus palas. Entre esos jóvenes hay muchos taurinos -aficionados, ganaderos, toreros de oro y de plata- que pertenecen a una generación que se supone que pasaban de todo. Está claro que no.
Todo el mundo, cada uno en la medida que ha podido, ha ayudado a esta causa con aportaciones de alimentación y productos de higiene. Recordaremos de este horror que en Salamanca se han llenado camiones de toros con donaciones para Valencia y tantos gestos altruistas anónimos.
Ahora vienen numerosos festivales que son el orgullo de los taurinos, una vez más al quite. Con la intención de devolver con un granito de arena lo que Valencia, Albacete y Cuenca han dado al toreo.