Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Y Rubén Pinar pasó por momentos críticos tras sufrir un grave percance en el campo el pasado invierno. La única secuela, los ataques epilépticos, pero están controlados. Así, hizo lo posible para dar la cara en San Isidro pero no hubo suerte. Y a partir de ahí, la temporada se puso cuesta arriba. Volvió a Las Ventas en septiembre con la de Partido de Resina, pero el triunfo llegó en Albacete con uno de Victorino. Esa tarde le dio la moral necesaria para saber qué quiere, puede y debe conseguir. No es un tiempo fácil para Pinar, pero debe ser su momento.
– “Ha habido muchos impedimentos que los veo un poco injustos, como que un torero triunfe y no sirva para repetir”
– “La tarde de Victorino en Albacete ha sido la que más me ha servido en mi carrera. Demostré lo que quiero y así lo vio la gente”