TAL DÍA ESTA SEMANA
Los diestros, felicitando al mayoral de Urquijo.Los diestros, felicitando al mayoral de Urquijo.

Manolo Vázquez, César Girón y Chicuelo II, a hombros con el mayoral de Urquijo en Bilbao

Redacción APLAUSOS
lunes 30 de agosto de 2010

Fueron los grandes protagonistas de la cuarta corrida de la feria de 1955, en la que, además, uno de los toros fue premiado con la vuelta al ruedo. A ese bravo animal le cortó el venezolano Girón los máximos trofeos. Fue un 24 de agosto y así lo contó pocos días después el semanario taurino El Ruedo.

"La cuarta corrida de feria en Bilbao constituyó uno de los mayores acontecimientos taurinos que se han conocido en el ruedo de Vista Alegre. Con seis toros de don Antonio Urquijo se las entendieron los espadas Manolo Vázquez (que sustituía a Julio Aparicio, herido el día anterior), César Girón y Manuel Jiménez 'Chicuelo II'. La plaza, llena en una tarde de sol".

Así arranca la crónica de El Ruedo, que firma Luis Uruñuela, que explica sobre los toros: "El ganadero de Sevilla don Antonio Urquijo de Federico envió a Bilbao una corrida fina, con casta acreditada y cómodos de cabeza, que acudió a los caballos con poder y bravura y derribaron con frecuencia a los picadores. Llegaron al tercio final con una nobleza magnífica. Todos los toros fueron aplaudidos en el arrastre y al quinto se le dio la vuelta al ruedo. El promedio de su peso en canal fue de 283 kilos".

Acerca de la actuación del sevillano Manolo Vázquez, escribe: "Alcanzó en su segundo un gran éxito. Había lanceado bien al que abrió plaza e hizo un quite magnífico por chicuelinas, pero el toro se aplomó en el tercio muleteril, por haberle picado con exceso. Vázquez lo trasteó de cerca con ayudados y naturales, y lo pasaportó de media en lo alto. Al cuarto -prosigue- lo lanceó estupendamente, entre ovaciones. La faena de muleta la inició con cinco pases por alto, entre palmas y olés. Luego dio tres naturales y el de pecho. Ovación y música. Cita de lejos con la izquierda, y poco a poco se acerca, para aguantar el embiste, en una serie de naturales, con el remate del pase de pecho. Varios derechazos suaves con alegría torera y un molinete con trincherilla. Más adornos, con un temple y un arte insuperables. Siguen los aplausos y los olés. Dos pinchazos superiores y una estocada caidilla. Ovación, oreja, dos vueltas al ruedo y saludos desde los medios".

Atendiendo a la tarde del venezolano César Girón, relata: "Se lució con la capa y en quites en su primero, al que colocó tres buenos pares de banderillas entre ovaciones. Brindó a unas señoritas de Venezuela y comenzó la faena con tres pases estatuarios ajustadísimos. Intercala luego ayudados por bajo y torea por naturales admirablemente. Varias giraldillas, cambios de muleta y otros adornos. Estocada ladeada y descabella a la segunda. Ovación, petición de oreja, vuelta al ruedo, con recogida de prendas y salida al centro del anillo a saludar". En el quinto de la tarde "volvió a entusiasmar al público, al lancear de capa y colocar después tres pares de banderillas colosales. Brinda al público y comienza con cuatro pases por bajo muy suaves, para intercalar después los clásicos pases en redondo, con el tres en uno, que provoca en el público un entusiasmo desbordante. Un pase de pecho con un temple asombroso. Ovación y música. Varios en redondo y uno de pecho emocionante. Como final, un pinchazo hondo en lo alto, y cayó el burel. Las ovaciones son entusiastas, se le concede las dos orejas y el rabo, y después de dos vueltas al ruedo salió a saludar al centro del anillo. Girón ha triunfado en la feria de Bilbao".

Cerraba la terna el albaceteño Chicuelo II: "Al muletear a su primero, se mostró valiente, oyendo la música. Los pases en redondo y los ayudados por alto fueron lo mejor de la faena. Intercaló luego ayudados por alto y pedresinas. Una estocada y descabello a la segunda. En el último -concluye- sacó seis lances que se ovacionaron. En la faena de muleta, que brindó al público, estuvo valiente y temerario, con ayudados por alto, pedresinas y unos derechazos ajustando de forma emocionante. Música, tres naturales de cerca y otros en redondo, quedándose a la altura del pitón y salir casi trompicado de tanto ajustarse. Más pases por alto, naturales y de pecho, y, al fin, una estocada y el descabello. Ovación, oreja y dos vueltas al ruedo. Los tres matadores y el mayoral de la ganadería fueron paseados a hombros. Una corrida memorable".

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