Alejandro Marcos no quería perderse su cita con la Feria de Santiago de Santander y la rotura de brazo que sufrió hace un mes no fue pretexto para ausentarse. En el cartel del pasado 27 de julio se anunciaba con Morante de la Puebla, José María Manzanares y los toros de Hermanos García Jiménez, un compromiso que el torero salmantino saldó con dos orejas y una puerta grande a su favor. “Santander es una de las plazas que más me ha dado y el otro día me dio una muy buena dosis de ilusión el poder salir a hombros. Es una plaza en la que me siento muy querido y espero volver muchos años”, explica.
Tras romperse un brazo mientras toreaba en el campo, los médicos estimaron que estaría de baja entre dos y tres meses, “pero yo lo único que quería era torear en Santander y en un mes me recuperé”, apunta antes de continuar: “Le eché mucha voluntad e hice caso de las recomendaciones de los médicos, pero sobre todo le puse muchas ganas y vencí al dolor para conseguirlo. Creo que al final todo está en la mente”, confiesa y añade: “Ahora tengo una pequeña inflamación y alguna molestia, pero eso no supuso ningún problema”.
La única dificultad que le supuso el percance fue la preparación, pues “la que tenía pensada para ese día no la pude hacer y cuando llegué a Santander solo había toreado dos vacas y no había matado ningún toro desde septiembre. Eso era lo único que me preocupaba pero al final, si se quiere, se puede superar todo”.
Tras su comparecencia en la capital cántabra, Alejandro Marcos hará el paseíllo el próximo 16 de agosto en la localidad salmantina de Guijuelo y el 25 en Peñaranda, pero su ilusión hubiera sido poder torear esta temporada en su ciudad, Salamanca. “No me han anunciado en los carteles, es duro porque es una plaza en la que quería estar y creía que me lo merecía. Pero sé que vendrán tiempos mejores y hay que ser pacientes. Yo no soy amigo de las prisas”, concluye el torero salmantino.
Fotos: ARJONA