Estos días he estado haciendo vida de torero, ya sabéis, toreando de salón, haciendo ejercicio, matando algún toro a puerta cerrada, yendo a tentaderos… El fin de semana iba ir a casa del maestro Paco Camino pero…
Estos días he estado haciendo vida de torero, ya sabéis, toreando de salón, haciendo ejercicio, matando algún toro a puerta cerrada, yendo a tentaderos… El fin de semana iba ir a casa del maestro Paco Camino pero el viento nos obligó a dejar el encuentro para más adelante. El maestro, desde que le brindé el toro en Sevilla y en realidad desde antes, desde aquella novillada de Madrid que me puso en circulación, ha tenido muchos detalles conmigo y me consta que ha sido seguidor y partidario mío. Eso, como podéis imaginaros, para mí es un honor, así que haceros una idea de las ganas que tengo de pasar ese día de campo a su lado. Donde sí pudimos celebrar el tentadero fue ayer en casa de Cuvillo. Una vez más, disfruté una barbaridad con las becerras, que salieron buenísimas todas. Por la noche estuve viendo un caballo para montar, tengo unos cuantos en casa pero necesito uno más y le tengo echado el ojo a una jaca de la zona de Medina Sidonia que es muy campera, muy bonita y además está muy bien domada. No monto bien, aún estoy verde, pero me gusta ir a caballo y espero alcanzar algún día buen nivel como caballista. Esta mañana he ido junto a otros compañeros al homenaje que se nos ha rendido en Las Ventas a todos los que hemos abierto la puerta grande de Madrid en los últimos quince años. Ha sido un acto bonito y al volver a ver la plaza de Madrid, al volver a pisar su ruedo, he sentido unas sensaciones tremendas, me he acordado de todas las vivencias que he tenido en esa plaza y enseguida me he puesto a soñar y a imaginar cosas… Luego me he ido a comer con mi apoderado y varios directivos de Telecinco y la verdad es que hemos echado un rato a gusto y me voy contento porque han reafirmado que van a seguir volcándose con el toreo como están haciendo últimamente. Ahora voy a pasar el resto de la semana en mi casa, matando a puerta cerrada unos cuantos toros que me han regalado de cara a mis próximos compromisos en Las Ventas. Ojalá vuelva a abrir esa puerta grande más veces y pueda asistir a otros muchos homenajes como el de esta mañana… ¡Eso sí que sería bonito! Cierro, por el momento, mi Diario. Ha sido un placer contaros todo lo que en él he escrito. No descartéis que algún día vuelva a abrirlo… Hasta entonces, sed felices y fieles a vosotros mismos. Alejandro Talavante
