El invierno debiera ser trabajo y reflexión. Para todos; pero fundamentalmente mirando a quien sustenta este espectáculo: al público. Porque aquí le puedes dar mil vueltas a la tortilla pero como en el comedor no haya clientes ya me contarás para qué valen esfuerzos, intrigas, estrategias, tomas de posición y pérdidas de tiempo. El secreto de que el año próximo sea esperanzador está comiendo en el campo. Es el toro. El toro que crían los ganaderos a los que habría que apoyar, animar y dar su sitio verdadero incluso en el tema económico. Porque si el ganadero palma se tambalea la Fiesta. Ese era oficio de ricos o de pura tradición. Ahora hay gente que vive del campo y su trabajo tiene que tener compensación. Por eso olvidar a los buenos ganaderos es un peligro casi mortal.
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