El sexto salió complicado para los capotes y posteriormente para las banderillas en un tercio eterno. Tuvo un gran mérito Galván, que se la jugó exponiendo mucho frente a un animal manso que fue desarrollando peligro y que incluso le dio un fuerte golpe en la cara en uno de los muletazos, estando a punto de ser cogido. Se tiró a matar con muchísima verdad, siendo volteado aparatosamente. Dio una merecida vuelta al ruedo. La secuencia fotográfica de la aparatosa voltereta a Galván en Zaragoza, en el objetivo de José Salvador.