En principio, la idea de la empresa era anunciar la alternativa de Julio Aparicio en este ciclo, quien había debutado con gran éxito en Valencia dos temporadas antes. Sin embargo, el cambio de apoderado de Litri, que pasó de ser gestionado por Emilio Fernández a la administración de José Flores "Camará", alteró los planes. A esto se sumó la irrupción de Litri la temporada anterior, junto con el gran cartel de Aparicio, lo que modificó completamente el planteamiento de la temporada valenciana respecto a las anteriores. Las novilladas se convirtieron en protagonistas desde las Fallas, con dos nombres propios: Julio Aparicio y Miguel Báez "Litri". Ambos se anunciaron en los carteles de los festejos falleros de 1950. Tres novilladas, los días 17, 18 y 19 de marzo, con ambos diestros anunciados todos los días. En la primera, les acompañó Félix Guillén; en la segunda, Enrique Vera, y el día de San José, cerró el cartel Rafaelito "Lagartijo". Las ganaderías fueron Salvador Guardiola, Tassara y Manolo González, en ese orden.

Si Litri paseó tres patas el día 19 en un derroche de trofeos... Aparicio se llevó dos en su esportón.
Excepto en la primera tarde, en la que los protagonistas principales no obtuvieron trofeos mientras que Félix Guillén cortó tres orejas y un rabo, en las otras dos llenaron sus respectivos esportones de trofeos: cuatro orejas, un rabo y hasta una pata cortó Aparicio el 17, por dos orejas Litri. En la última, Aparicio cortó dos orejas, rabo y pata, mientras que Litri se llevó cuatro orejas, dos rabos y tres patas. El derroche de trofeos, con la extravagancia de las patas, no se concibe hoy en día. El éxito artístico se acompañó de un éxito económico, ya que la plaza se llenó prácticamente las tres tardes.