Madrid
Pinar, con el toro sexto. (Foto: Javier Arroyo)Pinar, con el toro sexto. (Foto: Javier Arroyo)

Apuntan, pero no disparan

Redacción APLAUSOS
miércoles 19 de mayo de 2010

Toros y toreros se quedaron a medias en el festejo de esta tarde en Las Ventas. Encastada corrida de Puerto de San Lorenzo aunque ninguno, salvo el 6º, rompió y duró con claridad en la muleta. Cid, Castella y Pinar apuntaron faenas grandes que no se llegaron a concretar.

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Lo que apuntó para bueno en muchos momentos, sólo se quedó en regular. Tanto El Cid, como Sebastián Castella y Rubén Pinar estuvieron cerca del triunfo grande en uno de sus toros pero, por unas cosas o por otras, generalmente por la falta de remate en las embestidas de los encastados toros de Puerto de San Lorenzo, ninguna de las faenas llegaron a calentar del todo la gran olla taurina de Las Ventas.

El que más cerca tuvo el éxito fue Rubén Pinar en el sexto, sin duda el mejor y el más claro de los ejemplares del Puerto lidiados. Un toro serio -toda la corrida estuvo impecablemente presentada- que salió frío pero que acabó rompiendo en la muleta de un Pinar que no acabó de verlo claro. El toro, que a veces se metía por dentro, despistó al torero, que no terminó de confiarse en una faena que apuntaba alto -sobre todo en las primeras series sobre la derecha- y que acabó diluyéndose al final. Posiblemente faltara enganchar más adelante la embestida y no quedarse en algunos momentos al hilo del pitón, donde el toro le veía y hacía por él. No obstante, el ánimo y la disposición del torero quedaron puestas de manifiesto. Antes, durante el tercio de banderillas, destacó con los palos Montoya y Juan Rivera protagonizó uno de los sustos de la tarde -el otro lo dio Castella- al caer junto a la tronera del burladero y estar a punto de resultar herido. Pinar, con el tercero, un toro de embestida suave y templada, de poca emoción para Madrid, firmó una labor que no llegó a los tendidos.

Sebastián Castella se pegó un sincero arrimón con el segundo, un toro de imponentes perchas con el que acabó metido entre los pitones antes de resultar feamente volteado después de entrar a matar. Buscó con saña el del Puerto al francés en el suelo pero, por fortuna, no hizo presa y todo quedó en un susto. El quinto, el más flojo de todos, fue protestado por el público en el primer tercio, el presidente no lo devolvió y Castella, dada la endeble condición de su oponente, optó por abreviar.

El Cid no terminó de acoplarse con el primero, un animal que se movió en la muleta pero que embestía con brusquedad en la corta distancia. No hubo entendimiento entre toro y torero, que mató con eficacia. Con el cuarto mejoró el de Salteras la imagen con otro ejemplar que, si bien embistió bien en las primeras series, acabó yendo a menos, al igual que la faena del sevillano.

Madrid, 18 de mayo de 2010. Toros de Puerto de San Lorenzo, bien presentados y encastados aunque sin terminar de romper a embestir de verdad ninguno de ellos, salvo el 4º, que se apagó, y el 6º, el mejor de todos. EL CID: Silencio y silencio; SEBASTIÁN CASTELLA: Ovación con saludos tras aviso y silencio; RUBÉN PINAR: Silencio y silencio. Entrada: “No hay billetes”.

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