Cayetano vuelve a los ruedos. Había ejercido de mascarón de proa para defender la tauromaquia desde la Fundación del Toro de Lidia, cuando la pandemia mostraba mayor virulencia. Habló claro al ministro de Cultura y a quienes fuera menester. Su actitud y su saber hacer fue respetada, y cuando entendió que debía ceder los trastos…