Jesús Enrique Colombo volvió a ser, por segundo año consecutivo, triunfador de la miurada que abrocha los sanfermines. Cortó tres orejas y abrió la puerta grande.
Su primero tomó bien el capote de Jesús Enrique Colombo, pero en la muleta fue a peor. Desarrolló sentido, sobre todo por el pitón izquierdo. De corta embestida, sabía siempre lo que se dejaba detrás. Pero no desistió el venezolano, que a base de tragar y buscarle las vueltas se sobrepuso a las circunstancias. Se le concedió una oreja como premio a su voluntad y una estocada efectiva.
Cuajado y redondo el sexto, algo atacado de quilos. Se vino arriba en banderillas aunque Colombo, con muchas facultades, logró un tercio variado y solvente. El miura fue pronto y codicioso en la muleta. Colombo aprovechó esa movilidad para hilvanar los muletazos y la faena tuvo transmisión. A media altura siempre, lo entendió muy bien Colombo hasta que el toro echó el freno y acabó rajado. Mató de una soberbia estocada y fue premiado con dos orejas.
ESCRIBANO, OREJA
Manuel Escribano recibió al segundo a portagayola. Muy serio el de Miura, tras la larga dio un derrote en un burladero y se partió el pitón derecho por la cepa. Salió un sobrero de Cebada Gago. Salió el sobrero suelto, abanto y desentendido. Manseó en varas. Escribano compartió el tercio de banderillas con Jesús Enrique Colombo. Muy deslucido el de Cebada, sin emplearse en ningún momento y desarrollando sentido. El oficio de Escribano, muy asentado y lúcido, tapó muchos defectos del animal. Se puso complicado a la hora de la suerte suprema, incluso se lanzó al pecho del torero en uno de los encuentros.
Volvió a irse a la puerta de chiqueros Manuel Escribano frente al quinto, que salió sin hacer caso al torero. Lo recibió después con largas en el tercio. El toro peleó bien en varas, donde lo lució Escribano colocándolo largo. Meritorio su tercio con los palos, sobre todo un par al quiebro muy cerrado en tablas. Lo recibió en los medios con dos cambiados por la espalda. El toro tuvo nobleza pero una embestida apagada, por eso la faena del de Gerena, templada, no llegó al tendido. Mató de buena estocada y paseó una oreja.
De manera vistosa recibió Antonio Ferrera, con un capote de tonos verdes, al primero de la tarde, un miura de pelo castaño, alto, muy en el tipo de la casa. Con reminiscencias de otro tiempo tanto en tipo como en comportamiento, a la defensiva siempre y desrazado. Ferrera quiso hacerle las cosas bien, con temple para no violentar más al animal, sin prisas, pero su simplona embestida no tuvo eco. La faena de Ferrera fue larga, exprimiendo todo lo que tuvo el animal, en una labor muy para él.
Soltando el capote a una mano recibió Ferrera al cuarto, un miura que ya desde los primeros tercios se agarró al piso y le costó romper adelante. Con el capote afloró un toreo variado. Los defectos se multiplicaron en la muleta y Ferrera tuvo que sacar muchos recursos de su poderosa y amplia tauromaquia para resolver la papeleta. Macheteó por abajo y mató con solvencia.
Pamplona. Domingo 14 de julio de 2024. Toros de Miura y un sobrero de Cebada Gago (2º bis) que salió tras partirse el titular un pitón por la cepa. Antonio Ferrera, silencio y palmas; Manuel Escribano, silencio y oreja; y Jesús Enrique Colombo, oreja y dos orejas. Entrada: Lleno.