Ha muerto el matador de toros Manuel Amador Correas, mi amigo del alma. Hermano más que amigo, y compadre puesto que fue padrino del bautizo de mi hijo Paquito. Manuel era un gran creyente, como Montse, mi esposa. Y los creyentes de verdad nunca mueren. Como los grandes generales de la historia, solo se desvanecen…