REPORTAJE

Conde de Mayalde: ante el gran reto de Madrid

José Ignacio Galcerá
martes 21 de mayo de 2024
Doce toros bien comidos, hermosos, variados de pelaje, desde el negro burraco al zaino, pasando por el castaño, el colorado y el sardo, todos, eso sí, de impresionantes arboladuras, apuran sus últimos días en El Castañar. El viernes 24 de mayo el éxito o no de la tarde dependerá de ellos. Hace más de un mes se agotaron las entradas para un cartel que supone el primer compromiso de Roca Rey en San Isidro.

Doce toros bien comidos, hermosos, variados de pelaje, desde el negro burraco al zaino, pasando por el castaño, el colorado y el sardo, todos, eso sí, de impresionantes arboladuras, apuran sus últimos días en El Castañar. Quienes han pasado por aquí han coincidido y llegado a la misma conclusión: la corrida gusta. Hay consenso entre todos los implicados. La empresa la reseñó en su día sin problema alguno. El viernes 24 de mayo el éxito o no de la tarde dependerá de ellos. A un mes vista, ya estaba todo el papel agotado. Ni una entrada en la taquilla, signo inequívoco de la expectación suscitada. Madrid y San Isidro son palabras mayores siempre, pero si a ello añades el nombre de Roca Rey en el cartel, el hombre que los ha elegido y apostado por ellos, el reto adquiere una dimensión superior. “Me encanta el cartel”, se apresura a contestar Rafael Finat. La combinación de toreros la rematan Cayetano y el almeriense Jorge Martínez, que confirmará alternativa.

-¿Es la tarde cimera de su trayectoria como ganadero?

-Seguramente. En San Isidro no habíamos lidiado corrida. Así que siendo Madrid y el cartel que es, quizá sí sea la más importante de cuantas he lidiado.

-¿Qué es lo que más le preocupa?

-La fuerza. En Madrid ese factor es fundamental. Es una plaza muy grande y los toros se desgastan mucho. Más que en otras plazas. Y que la corrida tenga transmisión, eso también me trae de cabeza. En todas las plazas es necesario, pero en Madrid, con su exigencia, si la corrida no tiene transmisión, es muy complicado que aquello funcione.

Llama poderosamente la atención que se trata de una corrida baja, fundamentalmente, mayoritariamente cuatreña, a excepción de dos cinqueños, apartados en otro cercado, un burraco número 25 y un 33 que enamora por sus armónicas hechuras, un bendito en su comportamiento en el campo, de una nobleza que contrasta con la actitud amenazante de su hermano. “A Las Ventas nunca va uno tranquilo, pero los toros tienen buena nota. Son toros bajos, bastante bajos de hecho, va bien presentada. Aunque sea Madrid, la corrida no se escoge con más mimo que las de otras plazas. Anunciarse en Las Ventas ya te marca mucho la corrida que tienes que llevar, que es una con el trapío exacto y que requiere una plaza como Madrid”.

“Los toros tienen buena nota pero a Las Ventas nunca va uno tranquilo. Siendo en San Isidro y el cartel que es, quizá sea esta la corrida más importante de cuantas he lidiado”

La trayectoria en los últimos años de la divisa toledana en Las Ventas cuenta con notables resultados, especialmente en novilladas donde la nota común ha sido el interés de los encierros lidiados, y sobreros que han propiciado el triunfo de muchos toreros y enderezado tardes que se habían puesto a la contra. “Recuerdo sobreros a los Talavante, Ureña, López Simón… les han cortado las orejas”. Y también Roca Rey: “Pidió la corrida y eso es una gran satisfacción para nosotros. Conoce la ganadería, su primera puerta grande en Las Ventas fue con un sobrero nuestro -13 de mayo de 2016-, también nos toreó una novillada en la que le tocó un novillo muy exigente; y el año pasado en Aranjuez, a un sobrero de casa, le hizo una gran faena”.

La ganadería la tiene Rafael Finat cada vez más definida en su estilo y también en sus hechuras. En la corrida de Madrid no abundan los toros abiertos de cara, defecto que en algún momento puede suponer un hándicap ya que el gusto actual de los toreros va por otros caminos. “No gusta el toro con la cara abierta, se busca que no sea muy playero y que cierre la cara. Poco a poco lo vamos consiguiendo. Ya de erales quitamos los que abren mucho la cara y se va dejando para toro los más recogidos de cornamenta. La corrida de Madrid no abre mucho las caras. Pero lo principal aquí, más allá de caras abiertas o cerradas, es que sean buenos. Pero sí, vamos buscando el toro con los pitones más cerrados”.

-¿Lo pasa mal en la plaza?

-Sí, hay nervios, claro, en todas las plazas lo paso regular aunque en Madrid un poquito más. Te pones atacado. Si no sintieras eso, a lo mejor es porque no te importa. Si una cosa te gusta, sufres más que si te diera igual.

-Los toreros dicen que el momento de más tensión antes de torear suele ser en el patio de cuadrillas, justo antes del paseíllo. ¿Para un ganadero cuál es?

-Cuando suenan los clarines. O cuando sale el primer toro también es un momento muy tenso. Y luego durante los primeros tercios de cada toro, vas viendo cómo va desarrollando el toro y cómo puede ser su comportamiento. Empiezas a tranquilizarte si los primeros salen bien… aunque no deja de haber incertidumbre siempre.

-¿Con qué se quedaría satisfecho? ¿qué resultado firma?

-Ahora, como faltan unos días, diría que me conformaría con que saliesen seis de seis, pero cuando llegue el día, imagino que bajaré mis pretensiones. Si salen dos, ojalá, estaré contento, pero si salen tres o cuatro… Siempre tienes la esperanza de que sirvan cuantos más, mejor.

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