BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Cuando la arena se convierte en parqué

José Luis Benlloch
domingo 31 de octubre de 2021
Toreros figuras y menos figuras también aprovechan el invierno para cambiar de manos en búsqueda de un mejor posicionamiento; Las plazas de Valencia, Madrid, Zaragoza, Málaga… modificarán el tablero económico del sector

Llegados a estas calendas el toreo mete los avíos en el esportón: los unos hasta el año que viene, los más afortunados hasta los rescoldos de las grandes ferias americanas que tantos días de gloria y plata dieron. En la actualidad tampoco aquellos cosos escapan de la crisis económica ni del coronavirus y mucho menos de los populismos políticos que, valiente osadía, intentan disimular sus hambrunas y guerrillas intestinas con un impostado amor a los animales, pero aun así aquellas ferias siguen teniendo predicamento entre la torería andante por el cariño que ofrecen sus aficionados e incluso por la plata que se reserva, cómo no, para las grandes figuras. Así que con las Américas, sinónimo de fortuna y abundancia constreñidas al máximo, y la madre patria (espero que nadie se ofenda por el término) ya en los cuarteles de invierno, se entiende a la perfección el adagio de Rafael El Gallo que en las cosas del decir era tan ocurrente en la calle como en la plaza, quien aseguraba que noviembre no tiene lidia, más bien pide camilla, cartas y lectura. En cualquier caso nada que evite las maniobras entre bastidores, es como si la lidia viajase de la tradicional arena al parqué de la bolsa en busca de mejores cotizaciones: cambios de apoderados, de cuadrillas y de plazas mientras la clase gobernante insiste, para ellos no hay invierno, en sus desconsideraciones y agravios varios.

En Valencia se está a la espera de que culminen los trámites burocráticos y se adjudique la plaza definitivamente a Nautalia, empresa del sector turístico ganadora del último concurso, que ya gestiona el coso de Madrid en UTE con Simón Casas Productions, compañía esta que abandona Valencia tras once años de gestión, circunstancia que despierta la curiosidad por saber si el tándem tendrá continuidad en Valencia como se filtró desde el entorno de SC en los días del concurso o por si por lo contrario no tendrá nada que ver como se ha dicho desde Nautalia y como al parecer gustaría a Diputación. A la espera del desenlace final, estos días comienza la devolución de los abonos para mayores de 65 años y menores de 20 de la temporada 2020 que no se celebró, con lo que se cierra un fleco pendiente y doliente.

El actual contrato de arrendamiento de la determinante plaza de Las Ventas, según anunciaron desde la Comunidad de Madrid, finalizará una vez acabada la próxima feria de San Isidro 2022, lo que va a alterar sustancialmente el tablero de la economía del sector”

En Castellón, por el contrario, no habrá cambio de empresa sino continuidad. La propiedad privada del coso de la Plana ha llegado a un acuerdo con la familia Matilla y el matador castellonense Alberto Ramírez para continuar cinco años más con un sustancioso incremento del arrendamiento provocado al concurrir otros aspirantes que mejoraban la renta anterior.

Zaragoza, Málaga, El Puerto de Santa María o Granada son otras de las plazas de relevancia que este invierno buscarán nuevos gestores, sin olvidar que el actual contrato de arrendamiento de la determinante plaza de Las Ventas, según anunciaron desde la Comunidad de Madrid, finalizará una vez acabada la próxima feria de San Isidro 2022, lo que va a alterar sustancialmente el tablero de la economía del sector.

MATADORES EN EL MERCADO

Entre el escalafón de matadores relevantes han abundado los cambios sin que se pueda dar por cerrado el tráfico. Rompió fuego en ese capítulo Miguel Ángel Perera, que dejó la administración de Santi Ellauri y Rodríguez Tamayo, muy próximos a la empresa Pagés sin que por el momento haya dado poderes a ningún otro taurino. Seguidamente fueron noticia los emergentes Joaquín Galdós y Juan Leal, que dejaron la tutela de Julián Guerra aunque el galo mantiene su ligazón con Simón Casas, referente del equipo en lo que respecta a las contrataciones. Mayor impacto ha tenido la salida de la casa Lozano del lorquino Paco Ureña tras una breve experiencia en común y el mismo camino ha seguido Álvaro Lorenzo, que también se aparta de la administración de la familia de la Sagra, más concretamente de Fernando Lozano, camino que ya había andado y desandado en años anteriores. Tampoco por el momento se sabe quiénes dirigirán sus pasos en la temporada próxima que se presupone de la normalidad aunque no mucho más fácil que la pasada, no hay que engañarse, en las cuestiones de ajustes económicos y contratación. Naturalmente todas estas rupturas han ido acompañadas de un protocolario mutuo acuerdo y no pocas lisonjas que evidentemente no fueron suficientes.

Los rumores sobre rupturas y nuevos compromisos no cesan en estos nombres ni siquiera entre los diestros más atractivos del escalafón

Ginés Marín, por su parte, último gran triunfador de Madrid, ha abierto y cerrado la crisis del apoderamiento en pocas días. Rompió con los hermanos Ortiz, que le dirigieron el último año y pocas horas después hacía oficial su acuerdo con el maestro Curro Vázquez, que de esa manera suma bajo su dirección a tres matadores de feria, el propio Ginés Marín, Cayetano y Pablo Aguado, cuya dirección comparte con su hermano Antonio.

Los rumores sobre rupturas y nuevos compromisos no cesan en estos nombres ni siquiera entre los diestros más atractivos del escalafón. Invierno queda para que se aúpen a los titulares de la bolsa taurina varias novedades del año pasado.

LOS PGE VUELVEN A LIMOSNEAR AL TOREO

El mito de las subvenciones a la tauromaquia que tanto blanden los movimientos anti se desploma año tras año sin que por ello cese la leyenda que impulsan los animalistas y demás lobbys asegurando que el toreo vive de las aportaciones oficiales y subvenciones. El último ejemplo está en los Presupuestos Generales del Estado cuya partida reservada al sector de la cultura es de las que más subirá en este ejercicio, con una previsión de alrededor de un 40 por ciento más que en años anteriores. No obstante, este incremento no se verá reflejado en el apartado reservado a la tauromaquia, que como en otras ocasiones, solo se verá dotada de 65.000 euros del total de 1.589 millones de euros que el Estado destinará a las actividades culturales, incluyendo el bono cultural, al que se han destinado 210 millones, y del que también está excluida la tauromaquia.

De este modo, mientras otros sectores como los museos, el cine, la danza o la música reciben cantidades millonarias, el presupuesto a la tauromaquia contará con 35.000 euros de subvención a la Fundación Toro de Lidia, con el fin de que lleve a cabo “la compilación del conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas que integran la Tauromaquia como patrimonio cultural y su difusión en el entorno digital”, y otros 30.000 euros con los que va dotado el Premio Nacional de Tauromaquia.

Tan cruda realidad choca radicalmente con el reconocimiento como cultura que hace la Constitución (y se reconoce en el título de la mísera partida que le han destinado) y con las obligaciones que ello conlleva para el Estado, cuestión que el actual Gobierno torea y obvia abiertamente.

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