Este 7 de abril de 2025 se cumplen cuarenta años de la alternativa de Lucio Sandín. Fue en 1985, un Domingo de Resurrección, en la Real Maestranza de Sevilla, con Curro Romero como padrino y con Rafael de Paula como testigo, que se enfrentaron a una corrida de Torrealta. El toro de la efeméride atendió por Cordobés, herrado con el número 30.
Fue alumno aventajado de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, formando la terna de los llamados "Príncipes del toreo" junto a Julián Maestro y a José Cubero "Yiyo". Sevilla marcó su carrera desde aquellos primeros años, tanto de gloria -Puerta del Príncipe en mayo de 1983- como de sufrimiento, pues en junio de ese mismo año un novillo de Baltasar Ibán le pegó una cornada en la cara que le llevó a perder el ojo derecho.
Tres meses después del grave percance logró ponerse de nuevo delante del toro después de una impresionante recuperación. Llegó a sumar nueve paseíllos en la Real Maestranza hispalense. Su toreo caló hondo en Sevilla, allí realizó la mejor faena de su vida en una Feria de San Miguel a un toro de Ramón Sánchez. Le llegó a apoderar el maestro Diego Puerta.
Confirmó su alternativa en San Isidro de 1986 con José Antonio Campuzano y Víctor Mendes, con toros de Murteira Grave, remendada con toros de Antonia Julia de Marca y Cortijoliva. La mejor faena que realizó en Las Ventas fue la del 87 a un toro de Alonso Moreno. Además de en Madrid y Sevilla, tuvo mucho cartel en Pamplona y en Castellón, entre otras plazas.
Padeció cornadas muy fuertes que fueron frenando su evolución pero nunca mermaron su gran expresión torera. También padeció un fuerte accidente de coche. Todo ello le llevó a la retirada en 1991. Mantuvo el valor en todas las circunstancias de su vida, estudió y montó una cadena de ópticas en Barcelona y Madrid. La humildad, la sensibilidad y la torería son sus señas de identidad.
Como decían los programas de aquella época siendo madrileño de Carabanchel "hablar de Lucio Sandín en Sevilla es hablar de un sevillano más…". Las crónicas titularon en diferentes ocasiones: "No es sevillano pero lo parece" o "Un madrileño de Sevilla". Muy pronto, un grupo de aficionados le rendirán un íntimo homenaje por su gran vinculación con esta tierra.