El matador de toros y ahora apoderado Eduardo Dávila Miura, se recupera en su domicilio del grave percance sufrido hace unos días en Zahariche, la finca sevillana de sus tíos, los ganaderos Eduardo y Antonio Miura, en la que estaba participando en un corredero de machos. El accidente sobrevino cuando al hacerle hilo un toro, Dávila impactó con la pala de un tractor que por error se encontraba levantada, produciéndole una gran herida en su pierna derecha y una aparatosa caída del caballo.
“Fue todo muy rápido -recuerda Eduardo Dávila- cuando quise soltar el toro después de haberlo picado, me hizo hilo con la mala suerte de que al pasar cerca de un tractor me golpeo, con la pala en la pierna. Tras incorporarme en el suelo, veo que no tengo nada roto y vuelvo a montar a caballo”.
Para sorpresa de todos, la calzona de Dávila se empapó en apenas un minuto de sangre. “Me quité los zahones y el boto y descubrimos una herida muy grande, en la que la tibia había quedado al aire completamente. Una herida como una cornada seca, muy aparatosa pero que por fortuna en el Sagrado Corazón curaron perfectamente y no me va a dejar secuelas de ningún tipo. Tuve mucha suerte, me pude haber partido la pierna en dos”, manifiesta el diestro sevillano.
Los médicos han aconsejado a Dávila unos días de reposo, ya que lleva un drenaje y muchos puntos de sutura que deberá portar al menos dos semanas, pero como buen torero no ha tardado en desobedecer a las indicaciones de los galenos. “Ya sabes como somos los toreros, hoy mismo me coges en el campo viendo unas cosas y mañana quiero estar en el festival de Murcia con Rafaelillo. Gracias a Dios he tenido suerte y me encuentro muy bien”.