El descanso del puente festivo me ha llevado de la ciudad al campo. Ahí me reconozco. No hay un marco más relajante ni más didáctico ni mejor lección de vida. Ética, épica, estética y verdad confluyen de modo natural al margen de las trifulcas de telediarios y poltronas. ¡Viva el vacío informativo! Por unos días al menos. El verdor de un buen otoño gracias al agua, por esta vez bien caída, no admite comparación; la banda sonora del reburdeo desafiante de los toros cuando llega la noche, impresiona y advierte a la vez que las jerarquías de grupo siempre están en el alero; allí valoras el mérito de los buenos ganaderos, ecologismo puro en acción, que a estas alturas del calendario ya tienen las camadas a punto para lidiarse -porque de otra manera no puedes ir a las primeras ferias, te dicen-; encuentras las noticias sin filtro que llegan desde las ciudades con visos de primicia; los veedores de los grandes dan el último (penúltimo) repaso a las camadas y apuntan números y garabatos que solo ellos entienden; oyes hablar en valenciano a los peñistas cuando bajan de las furgonetas con una bolsa contante y sonante de tal ca-te-go-ría que les permite hablarles de tú a tú a los anteriores… todo eso y más, como la escasez de toros para las plazas de primera que amenaza con agravarse todavía más el año próximo o los lamentos por la indefensión nunca abordada con rigor ni mucho menos corregida de los ganaderos ante la administración tanto en los despachos como en los corrales de reconocimiento donde no son pocos los agentes de la autoridad que convierten las mañanas de corrida en sus horas de gloria… esos y más son vectores que en plena naturaleza generan una atmósfera única y la convierten en la sustancia del toreo en invierno.
Ricardo Gallardo: “Habiendo escasez de toros este año, el problema grande llegará en el siguiente, en el que se van a notar en toda la crudeza los efectos de la reducción de la pandemia”
El lugar es un privilegio. Les sitúo. De San José del Valle a Algar, en la raya del parque natural de Los Alcornocales, donde dos dehesas se han convertido en referentes del toro actual, Los Romerales y Garcisobaco, o dicho en términos más coloquiales, lo de Ricardo Gallardo con sus fuenteymbros y lo de Santiago Domecq, Santi le dicen los más allegados y los aficionados en general cuando quieren dar sensación de proximidad. Sus cercados acogen dos exuberantes realidades del bravo en una buena/gran época del bravo; nunca el bravo con permiso de los agoreros (pueden decir negacionistas) crónicos alcanzó la perfección que tiene en la actualidad, tanta que hay quien postula (sus razones tienen y me apunto) en favor de una regresión a un modelo menos depurado, menos previsible, más adusto. Se pide más sorpresa, es necesaria, sin perder calidad ni interés ni toreabilidad que es término moderno y clarificador del objetivo buscado, algo así como la cuadratura del círculo y en ello están los mentados ganaderos con unos logros que los han aupado a los hit parade de la bravura aunque prefiero decirle a la cabecera del bravo. Seguramente porque en su mentalidad reverencial hacia el toro tienen asumido que el bravo nunca es fácil, o que el bravo no supone renuncia al orgullo de toro, ni mucho menos es uniforme, no desean el toro imposible, pero aceptan y se arriesgan conscientes a que puede aparecer el imposible y que entonces el sistema… es la apuesta; en la realidad puede que sí pero también que no y en ese espacio radican las emociones y el interés en la plaza; que con unos te juegues tu capacidad artística (no ha estado a la altura, se dice del torero en el peor de los casos) y que otros prueben la resistencia de tu corazón con el riesgo de que digan no le ha podido o qué cojones ha tenido para acabar montándose encima de ese cabrón; y en ambos casos, en los dos modelos de toros, también en las dos ganaderías, en eso se parecen, las lástimas están prohibidas, el toro no puede dar pena ni lástima, se entiende que los triunfos de los toreros se deben ganar a pulso, con sensibilidad o con coraje. En alguna ocasión escribí en referencia a las dos divisas que nos ocupan, que se trata de versiones customizadas, algo así como Domecq 2.0, al rescate del buen nombre del encaste, pues eso.
DE LA RUTA A LA RAYA
En un tiempo hubo, en realidad sigue existiendo, una Ruta del Toro que alcanzó estatus de leyenda dado las fincas ganaderas que bordeaban la carretera de Jerez a Los Barrios, Torrestrella, Cebada, Bohórquez, Camacho… Ahora ha emergido esa línea del bravo, una raya, San José-Algar que te conduce como quien dice desde La Janda a Los Alcornocales (no cabe mayor rango medioambiental) que sin separarse mucho de la vieja ruta ha adquirido protagonismo propio Los Romerales y Garcisobaco, y en medio de tales realidades amanece un sueño, El Taramal. Y si hay que personalizar, Ricardo Gallardo, Santiago Domecq y en este último caso Juan José Vera, nombrados por orden de aparición en este arranque de reportaje.
Santiago Domecq: “Soy partidario de los indultos. Luego, el ganadero sabrá si lo tiene que echar a las vacas o no… No quieran los presidentes o los integristas jugar a ganaderos. Que nos dejen a nosotros”
Visto el éxito de sus ganaderías uno se tiene que preguntar qué tendrá el agua que, por cierto, nadie echa de menos en los cercados que se abren a un lado y otro desde la misma carretera, de mano izquierda bajan hasta la misma ribera del pantano de Guadalcacín que estos días luce espléndido, de mano derecha trepan por las estribaciones de la sierra de Dos Hermanas. ¿O acaso es el clima?… ¿o las dos cuestiones a la vez? pero no sería justo que responsabilizásemos en exclusiva de éxitos tan difíciles y tan perseguidos en la crianza del toro bravo, al albur de la naturaleza que también influye pero que desde luego no es suficiente. El clima, el agua, la feracidad de las tierras, la orografía de las mismas que ofrece un perfil concreto, ni muy quebradas porque dificultan el manejo y hasta pueden perjudicar los tendones de los animales ahora que tanta exigencia física tiene la lidia, en la que se da por hecho que una claudicación es pura ruina ganadera, ni tan llanas que reduzcan a la nada el ejercicio de los toros tan gandules ellos y tan dados a la placidez si no hay estímulos; y no hay que olvidarse del clima, ni muy frío como para que se te quiten las ganas de torear y cabe suponer que de embestir, ni tan cálido como para dar cobijo a las enfermedades. No es una sorpresa tal excelencia ni siquiera novedad, allí mismo, en Los Caños, Juan Guardiola, el más ganadero de todos los Guardiola, criaba con gran éxito sus célebres pedrajas, aquellos toritos zaínos de piel lustrosa y carácter afilado que Canorea se guardaba todas las ferias para los lunes de resaca, cuando ya se habían ido los guiris y forasteros patrios, e indefectiblemente volvían a poner pabellón del bravo en lo más alto o sea en su sitio. En cualquier caso y a pesar de tantas bondades naturales de la zona hay que añadir, es imprescindible el talento ganadero (el instinto, el tufo, el don… díganlo como prefieran) de los propietarios, algo que se tiene o todo lo demás sobra.
DIVISAS PARA UNA TEMPORADA
Las dos ganaderías, la de Ricardo Gallardo y la de Santiago Domecq, aunque no las únicas, han sido las dos divisas de la temporada, las más galardonadas. Los fuenteymbros acapararon los trofeos de las plazas que su propietario considera la Champions de cada temporada, San Isidro, San Fermín, Semana Grande y Corridas Generales, si lo prefieren por si aclara mejor su gloria, Madrid, Pamplona, San Sebastián y Bilbao nada menos, cuatro de primera además de la novillada de Valencia, que completa una manita de éxitos a la que añadir el haber indultado un extraordinario ejemplar en Berja que hace el cincuenta y siete en la historia de la ganadería. Preguntado Gallardo por lo que se queda en el balance de su temporada, no duda: “Por la media que he dado en las plazas de primera categoría”, y añade muy orgulloso: “Eso he de reconocer que es muy difícil”.
Ricardo Gallardo: “Lo mejor de nuestra temporada ha sido la media que hemos dado en las plazas de primera categoría. Eso he de reconocer que es muy difícil”
Santiago Domecq, por su parte, ha completado una temporada que considera “la mejor” de su trayectoria como ganadero. Me lo ha dicho sin dudarlo, de un tirón “la mejor” y seguidamente la repasa de arriba abajo. Comienza por Sevilla, donde le pidieron el indulto al toro Tabarro dentro de un conjunto excelente. Le siguieron Madrid donde solo pudo lidiar cinco toros por las recurrentes movidas de los corrales y donde saltaron dos toros importantes que se hicieron acreedores a diversos premios. Le siguieron Saint Sever, Valencia, otra de las cumbres de su temporada con el toro Escondido que se ganó el indulto además de otro toro de una calidad extraordinaria; la de Dax resultó igual o mejor, dice, que la de Sevilla y en la que indultaron el toro Delicado y le dieron la vuelta al ruedo a otros dos. Finalmente, Aranjuez y tres toros sueltos en Marbella y en las encerronas de David de Miranda en Huelva y Rufo en Talavera, completaron la temporada.
-Tengo que entender que tú, como Ricardo Gallardo, eres partidario de los indultos.
-Totalmente, claramente.
-Hay una corriente de integristas que están en contra.
-Los integristas están en contra del público. Yo soy partidario del indulto porque es el público quien lo pide y es el público quien debe disfrutar de la corrida. Ante ese deseo quién es nadie para negarlo. Luego el ganadero sabrá si lo tiene que echar a las vacas o no, si mucho o poco, igual que los bodegueros sabrán lo que hacen en sus casas. Yo tiento un semental en casa y al acabar debo saber qué hacer, pues con los indultados lo mismo. Eso es cosa de cada ganadero que luego tendrá que examinarse en la plaza, tendrá que asumir su gestión, pero no quieran los presidentes o los integristas como decimos jugar a ganaderos. Que nos dejen a nosotros. Ya sabremos si los tenemos que echar a las vacas o no, eso ya es cosa nuestra. Si el público lo quiere indultar déjenlo, dejen que salga contento de la plaza.
-¿Crees que los ganaderos no estáis considerados, que no recibís el trato que merecéis?
-Por la administración desde luego que no y no solo por el bravo. Estamos en el momento en que menos se considera a la ganadería. Y si nos centramos en el bravo vamos mejorando en algunas plazas, pero en general nos sentimos mirados como alguien que va a engañar. Y eso en mis cuarentaiún año de ganadero siempre me ha chirriado. Muchos incluso no se dirigen ni a ti, no quieren ni dialogar ni que les expliques.
-Entiendo.
-Has criado un toro durante toda su vida y en un reconocimiento de cinco minutos dan un veredicto inapelable, sin escucharte. Sin consenso posible. Hay excepciones, equipos que dialogan, pero los ganaderos seguimos siendo en general los que vamos a engañar. A ver qué traen parece que piensen, a ver que nos quiere meter este.
Santiago Domecq: “Has criado un toro durante toda su vida y en un reconocimiento de cinco minutos dan un veredicto inapelable, sin escucharte. Sin consenso posible. Es como si los ganaderos fuésemos los que vamos a engañar”
Gallardo se muestra partidario de los indultos más allá de que pueda haber excesos, que los hay, pero en su caso es una creencia avalada por cifras y realidades, el ochenta por ciento de los triunfos grandes de sus toros, asegura, son ejemplares descendientes directos de toros indultados. Y te saca a razón a Jazmín, indultado en Mont de Marsan; a Jalado indultado en Samadet (Francia) a Harinero en Valencia, y a Hechicero que indultaron en Guadalajara y cuando llegó a Los Romerales continuaba arrancándose al galope cada vez que le llamaban.
Los representantes de las grandes empresas ante la escasez de toros ya hace meses que andan con prisas reseñando corridas para la temporada que se avecina. Gallardo advierte que habiendo escasez este año, el problema grande llegará en el siguiente, temporada en la que se van a notar con toda la crudeza los efectos de la reducción de la pandemia. Para este año, en Los Romerales la camada de saca está prácticamente a punto para lidiarse. Entre siete y ocho corridas con trapío sobrado de plaza de primera están totalmente comprometidas –“y más que tuviese”, resalta el ganadero- y de las ocho o nueve novilladas que saldrán, seis asumirán el reto de los cosos del mismo rango: tres y media se lidiarán en Madrid y las otras dos en Sevilla y Valencia. En total, lo previsto es que la temporada de fuenteymbros se compondrá entre dieciocho y diecinueve festejos.
-¿Este es el empujón definitivo de tu trayectoria como ganadero, la consagración?
-Bueno, esto no está logrado, aquí nos tenemos que examinar todos los años. Ahora mismo estamos en un momento bonito, pero no nos podemos confiar. Aquí un día las cosas salen bien y otro, por lo que sea, todo lo contrario. Lo que sí tenemos claro es nuestro norte, a dónde queremos ir.
Hay coincidencia en que faltan toros y asegura Gallardo en este mismo reportaje que el año que viene todavía habrá más falta.
-Esa es la impresión que me ha dado por las llamadas que recibo pidiendo toros. Estamos pasando los efectos del covid pero la gente volverá a su número de vacas habitual y si alguno se ha ido vendrán otros nuevos. Es cíclico, llegará un momento en que sobren.
Ricardo Gallardo: “Claro que soy partidario de los indultos, el ochenta por ciento de los triunfos grandes de Fuente Ymbro son ejemplares descendientes directos de toros indultados”
Para este año en Garcisobaco, dehesa emblemática donde las haya, saldrán seis corridas y media, Sevilla, Madrid, Albacete, Dax, Mont de Marsan, otra corrida que le tiene vendida a la familia Matilla que todavía no saben dónde se lidiará y los tres toros que le tiene comprometidos a Juan Vera para Tarazona.
-Dentro del encaste Domecq lo tuyo es una apuesta por el carácter de los toros, esa es la imagen que existe.
-Nosotros lo que queremos es que el público salga contento y para eso es decisivo que los toros embistan, que embistan bien y que embistan como toros. Tienen que dar la apariencia de que lo que está haciendo el torero no lo puede hacer alguien que está en el tendido. Así entendemos el toro bravo. Debe dar facilidad para que el torero cree una buena obra, otra cosa no sirve.
Antes de despedirnos Santiago tiene un reconocimiento, en realidad presume de la dedicación de sus hijos y de un equipo extraordinario de colaboradores que tiene a su lado.
EL TERCER HOMBRE
El tercer nombre en esa raya brava que da argumento a este reportaje es Juan José Vera. Maño hasta los tuétanos, de Tarazona, imaginen si es maño, al que ha ganado Andalucía. No hay renuncia en ello, se sabe, lo dice la canción, que se pueden tener dos amores a la vez sin estar loco. El Taramal es una de sus varias ilusiones taurinas. El rescate de la plaza de su Tarazona fue y es la primera de todas ellas. A estas alturas es ya una realidad. La rescató, reconstruyó, la revivió y la está dotando de una pujanza que se proyecta a todo el pueblo. Aarón Palacio, un chiquillo de la tierra, de las Cinco Villas, hijo, nieto, torero, esa es la sensación que desprende su relación, es otra ilusión, otro de sus empeños al que está dotando de las herramientas necesarias para el éxito. Lo hace por el chico y por Zaragoza ,que necesitaba un torero de vuelo largo y este Aarón lo parece. Ninguna de las tres tareas, campo, plaza y torero, confiesa, fueron planeadas, surgieron, le picaron el alma de aficionado y ya me temo que son un empeño irrefrenable.
Santiago Domecq: “Es decisivo que los toros embistan, que embistan bien y que embistan como toros”
En su juventud, Juan José Vera, me cuenta, quiso ser torero, un sarampión de chaval, es decir, poca cosa, eso sí, fue un adicto de la plaza de su Tarazona de la mano de su padre en tardes de las que le dejaron huella para siempre y a la que ahora, triunfador en la vida, ha rescatado de la ruina para compensarle de aquellos ratos de felicidad.
El Taramal ocupa 630 hectáreas y creciendo, es una finca tipo de la zona, a la que se le considera muy hierbuna y por tanto muy ganadera y a la que Juan Vera se ha empeñado en mejorar y mejorar en todos los frentes, en las alambradas, en los caminos, en los pastos, en la gestión… han sido siete años de constante mejora. “Soy un maniático del orden”, se reconoce. Ese empeño ha llevado a El Taramal, todos los que la conocen coinciden en ello, a un nivel muy alto entre las de su género. Lo próximo es la construcción de una plaza cubierta para luchar, dice, contra el levante y dar cobijo a los toreros amigos que son muchos. Ochenta hectáreas de olivar en régimen intensivo y un lote de ciento ochenta vacas limusinas le dan viabilidad económica al conjunto que tiene en el bravo su faceta más romántica y personal.
“Estoy emparedado entre dos grandes”, dice y siendo una verdad inapelable estoy seguro de que más que achicarle le estimula.
-Mi objetivo inicial era no tener bravo, luego pensé que solo para que toreasen los amigos en casa, no más, si acaso pensaba en lidiar algún festejo menor… Así que ahora, después de esos cambios de idea no te voy a decir que me mantendré en esos propósitos iniciales. En realidad, no sé cómo va a acabar esto, si tuviese diez años menos sería otra cosa, me lanzaría, pero a mi edad…
Vacas de Fuente Ymbro y Cuvillo, y sementales de Gallardo y Santiago Domecq… la aventura ganadera de Juan Vera que no sabe hasta dónde llegará
Juan hace una pausa, que reviste de expectación, como si tuviese un as en la manga.
-¿Qué quieres decir?
-Ahora tengo un nieto que parece que le tira esto así que vamos a ver. Lo que sí te aseguro es que me gusta tener bueno y tengo bueno.
Ese bueno al que se refiere son treinta vacas de Ricardo Gallardo, tentadas y aprobadas, y un semental que se han sumado a las ciento ochenta vacas sin tentar que le compró a Núñez del Cuvillo, de las que le quedan todavía por meter en la plaza un ciento, que las tiene con dos sementales de Santiago Domecq, uno de ellos el célebre Lobito indultado en Beziers del que Juan habla con pasión por su bravura y hechuras.
-Me gustó mucho ese toro. A ver cómo da. Lo bueno lo dejo y lo que no me gusta lo vendo. Mi idea es quedarme con un ciento de vacas.
En el ambiente invernal de chimenea y tertulia en el que transcurre la charla, Juan José vira hacia la plaza de su Tarazona que asegura que le ha dado ya muchas alegrías y para la que tiene nuevos planes para la nueva temporada.
-Estoy muy empeñado en la consolidación de la plaza y este año la voy a regentar yo como empresa y con Ignacio Ríos como gerente. No es que me haya generado problemas el sistema que teníamos en estas primeras temporadas, pero tengo otras metas, otros objetivos mayores entre los que no está el ganar dinero.
Y habla de la interactuación de fiestas locales y toros en Tarazona, siempre Tarazona entre sus objetivos. “Las fiestas sin toros parecían que estaban alicaídas -apunta- y estos años con los toros han recuperado alegría, se han activado. La gente del pueblo está muy contenta, a mí me transmiten felicitaciones todos los días y eso me alimenta”. Así que en su empeño por potenciar toros y pueblo ha comprometido un cartel ganadero para este año acorde a la categoría y los gustos de la tierra que permita dejar atrás los sinsabores que hubo en ese tema en las últimas ferias. Serán dos corridas de toros con dos mano a mano ganaderos, Fuente Ymbro-Santiago Domecq y Jandilla-El Parralejo que son divisas con cartel en las principales ferias que es donde quiere situar la suya dentro de su categoría, además de una novillada con picadores de Fuente Ymbro y una sin picadores para la que todavía no tiene decidido el ganado. Los carteles no tienen todavía toreros, pero el planteamiento es de intentar anunciar a las primeras figuras. “De arriba para abajo vamos a intentar contratar los más interesantes, las máximas figuras”.
Juan José Vera: “Este año voy a regentar yo la plaza de Tarazona como empresa. No es que haya tenido problemas hasta ahora, pero tengo otros objetivos mayores”
Y entre los interesantes para la novillada por méritos propios y por pasión personal estará Aarón Palacio: “Un pedazo de torero y buena gente -recalca-. He puesto una ilusión enorme en su carrera y la respaldo al cien por cien. No soy su apoderado, en realidad soy como su padre o su abuelo, no sabría qué decirte, pero tengo una ilusión enorme con él y mucha fe en lo que puede llegar a ser. Este año es clave, le veo como uno de los puntales de su categoría”. La charla acaba con un reconocimiento de responsabilidades. Ganadería, plaza y torero, en las que se siente especialmente a gusto y motivado: “Son retos que espero resolver bien”.
Escuchándole no lo dudas, lo logrará.
Mañana de sol en El Taramal. Ni pizca de viento. Sol y fiesta. Se nota en el ambiente y en el trasiego de autos y personal. Hay motivo para ello, se inaugura la plaza de tientas, que en una ganadería es componente imprescindible. La plaza, que no es placita, levantada con lujo y abundantes detalles en tiempo récord, tiene la particularidad de ser cuadrada con los ángulos matados, aprovechando los módulos que fabrica el propio ganadero en otra de sus actividades empresariales. La estructura aprobó la prueba, buen piso y ninguna querencia contra lo que podría preocupar por su perfil.
En los chiqueros una vaca de Fuente Ymbro para la inauguración, entiendo que como reconocimiento al vecino amigo que finalmente le regaló; otra becerra de la parte que Juan le compró a Cuvillo y dos novillos. Todos los animales dieron juego, en realidad interesante y variado juego con los que se lució Aarón Palacio que se entregó como si le fuese la temporada en ello. Toreó bonito cuando tocaba, toreó con entrega novilleril cuando se lo exigían los oponentes, atacó a los machos sin reserva y hasta cobró una de las volteretas más rotundas que he visto en tiempo. Justo lo que corresponde a quien está llegando a esta locura del toro.
Le auxiliaron El Tato, el apoderado que han elegido torero y padrino para tratar con las empresas, Juan Sierra, en el papel de hombre de confianza, Miguel Cuartero, que estuvo con él desde la escuela, y picó Kiko y Juan Manuel Sangüesa. Fue una mañana de satisfacciones y sueños, seguramente, Dios lo quiera, fuese el comienzo de una hermosa historia de toros y toreros.