(Foto: Bautista)(Foto: Bautista)

Don Pablo Hermoso y punto

El rejoneador navarro cortó tres orejas y conquistó Manizales
Pedro López
viernes 13 de enero de 2012

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Las filas en las taquillas en la plaza Monumental, auguraban un lleno total que no se presentó en los tendidos por muy poco. La ganadería Dosgutiérrez llevó un encierro disparejo de comportamiento y escalonado en presentación. Los tres espadas lograron en sus toros mostrar sus cualidades y llevar al píblico al estado de felicidad absoluta.

Pablo Hermoso de Mendoza marcó la diferencia desde el principio, el conocimiento de los terrenos, la distancia, los tiempos. Dos rejones bastaron para el nº 40 de la ganadería de Dosgutiérrez. En instantes el caballo pareció estar pegado al jinete, son uno sólo en cada movimiento, en cada quite, en cada muletazo imaginario entre el estribo y la grupa. Repareció "Silveti", que tuvo una enorme actuación. El riesgo pareció no existir en la proximidad del cuerpo y los pitones gracias al temple. Pablo Hermoso, sencillamente es él. Ocho banderillas adornaron al animal que terminó también parado. Dos rejones de muerte lo pasaportaron. Una oreja por parte del público.

El sol acompañó buena parte de la corrida, pero ella ya brillaba con luz propia, aun más cuanto el ruedo se teñía de azul con la presencia de Hermoso de Mendoza. Este quinto toro no fue bueno, el bueno fue el rejoneador. Qué clase, qué forma de lidiar, llevar al toro a sitios donde él no quería estar, tapar todos sus errores y de lo imposible armar faenas de dos orejas como esta. La danza en el ruedo, acompañada de la elegancia, la fineza, la alegría que trasmite e irradia este rejoneador es algo increíble, un toro soso deja de ser soso por la alegría con la que lo consiente Don Pablo. Con Van Gogh y Dalí llegaron los mejores momentos de la actuación. Una estoca en todo lo alto a lomos de un entregado "Pirata" lo mató y le valió las dos orejas.

En primer lugar salió el más antiguo de los tres, Antonio Ribeiro, impecablemente vestido y al mando de caballos de Pablo Hermoso de Mendoza. Su primer toro salió alegre pero se fue apagando poco a poco. Puso dos buenos rejones de castigo, en banderillas arriesgó y colocó 7 banderillas antes que el astado perdiera todo el recorido. Se tepoó en segundo lugar con un toro parado que el rejoneador lo intentó aprovechar no con tanta verdad como en su primero, pero de igual manera agradó.

Willi Rodríguez venía con la ilusión en su cara, se  preparó y se entregó. Logró cuajar un toro que fue el mejor de la tarde, astado que en hechuras se acercaba más al encaste Santa Coloma. El animal tuvo recorrido y fijeza, lograba en momentos dar la vuelta embistiendo, sin embargo le faltó fondo y terminó parado. El rejoneador estuvo bien frente a la cara del toro, acertado con las banderillas, toreando y agradando al público. En su último toro no mostró sus mejores cualidades, arriesgo más que un su primero y un toro entablado terminó siendo hermosamente adornado en todo lo alto. Al final no mató y entró el sobresaliente quien lo pasaportó después de un primer aviso.

Toros de Dosgutiérrez, de buen juego. Antonio Ribeiro Téllez: Ovación y silencio; Pablo Hermoso de Mendoza: Oreja y dos orejas; Willi Rodríguez: Oreja y palmas a su actuación, a pesar del sobresaliente escuchar un aviso. Entrada: Casi lleno.

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