La corrida del primer domingo de septiembre se llamaba en Bayona la “corrida de clausura”. Clausura de temporada en la Francia Sudoeste. “La corrida”, porque era una sola. Se supone que el detalle de cerrar temporada implicaba un privilegio. Privilegio similar al de inaugurar el curso, que, sin contar festejos menores, también se abría en Bayona el sábado de Pascua. Casi siempre con toros de Santa Coloma.
La clausura de Bayona dejó de ser tal hace un cuarto de siglo. Dos corridas y no una sola en la fecha convenida, que, azares certeros del calendario, suele coincidir con un luminoso, templado y cálido anticiclón. Las playas se llenan. Sin viento, desesperan los surfistas. Se puede ir por la mañana a la playa -Biarritz, Anglet- y, por la tarde a los toros, a la colina de la Malledaille, donde se alza la centenaria plaza de Lachepaillet, un teatro anglomorisco con acento vasco mayor.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1929
Acceda a la versión completa del contenido
Dos días en Bayona
Han participado representantes municipales, expertos en normativa taurina y miembros de diversas peñas y asociaciones…
La galería completa del interesantísimo festejo, en el objetivo de Vigueras
Tomás Rufo ya es un torero del Mediterráneo. Ídolo en Castellón, triunfador de las tres…
La novillada que se iba a celebrar en El Álamo (Madrid) en el marco del…
Declaraciones del diestro peruano en One Toro sobre su última tarde en Fallas 2025
Así se mostraba Tomás Rufo tras abrir la puerta grande de Valencia después de haber…