Le cantaron las peñas y los aficionados antes de que saliera el toro. Enrique Ponce recibió al cuarto que pareció lastimarse de los cuartos traseros. Ponce lo midió en el caballo y dibujó un bonito quite por chicuelinas. En la muleta lo templó con su conocimiento ingente rompiéndolo hacia delante. La faena fue tomando tono importante, profunda por el trazo exigente de Ponce. Cuidó tanto la estética como el poder y la colocación. Hizo varias poncinas bajo los acordes de La Misión. Remató con buenos naturales finales. Estocada. Dos orejas tras aviso.
El primer toro de Domingo Hernández embistió con nobleza de salida. Enrique Ponce dibujó verónicas con compás. El toro soseó en los primeros tercios. Brindó la faena a Morante de la Puebla. En la muleta, que molestó mucho el aire, fue el toro a más ganando en movilidad y codicia. Un toro exigente. Ponce fue metiéndolo en la muleta, terminó exigiéndole por abajo encontrando los mejores momentos. Estocada en lo alto. Oreja tras aviso.
Recuperó la actividad Morante una vez superada la brecha de su temporada. Morante lo meció en el capote de salida, primero doblándose y después llevándolo con el pecho. Brindó la faena a su apoderado, Pedro Marqués. Empezó la faena esculpiendo esculturas por ayudados por alto, una trincherilla preciosa y un ayudado por bajo precioso. El embroque del toro era mejor que el final, que lo terminaba por arriba. Morante se entregó desde el principio, pasándoselo por la faja. Por el pitón derecho hubo una tanda de compromiso tremendo exigiendo mucho al toro al que le faltaron finales. Morante se reunió con él siempre en una obra de máxima verdad. Estocada desprendida. Oreja.
El quinto hizo muchos extraños de salida, como con algún defecto en la vista. Dejó un capotazo y una media sobre el pitón izquierdo exquisitas. Hicieron un esfuerzo los banderilleros Ferreira y Zayas banderilleándolo muy bien por lo que saludaron. Morante le esperó mucho en la muleta, se fajó con el toro al natural. Le esperó, le apostó. Tiró la moneda con valor. Lo toreó muy bien pese a que algunos momentos el toro mantuvo la tendencia a mirar mucho y a pegar un tornillazo al final. Estocada corta. Oreja tras aviso.
Recibió al tercero de rodillas primero con faroles de rodillas y después por verónicas pasando un momento de apuro. Se repuso sin consecuencias. El toro no se empleó en el caballo. En banderillas fue muy abanto. Fernando Adrián brindó a los maestros con los que compartía cartel. El buen toro de Domingo Hernández rompió desde el principio ante la ligazón impuesta por Adrián que se fajó en una faena de mucha intensidad. El toro respondió con humillación por ambos pitones antes de rajarse después de tres redondos que levantaron al tendido. Estocada. Dos orejas.
Fernando Adrián estuvo con la hierba en la boca también en el sexto. El toro se le vino recto y le arrolló en el quite después de la primera chicuelina en un quite, arrastrándole por el ruedo. Una voltereta muy fuerte. En el suelo volvió a hacer por él, pasándole por encima. Una paliza. Se rehízo con arrestos y empezó la faena de rodillas en los medios con un cambiado por la espalda. El toro apuntó una calidad que no siempre desarrolló. Adrián se amontonó algunas veces pero remontó la faena con su valor y ligazón. Estocada tras pinchazo. Oreja.
Santander, martes 23 de julio de 2024. Feria de Santiago. Toros de Domingo Hernández, correctos de presentación y de buen juego en conjunto. Enrique Ponce, oreja tras aviso y dos orejas tras aviso; Morante de la Puebla, oreja y oreja tras aviso; y Fernando Adrián, dos orejas y oreja. Entrada: Casi lleno. Se desmonteraron Ferreira y Zayas tras parear al segundo.
