Con un gran ambiente en los tendidos comenzó la tarde de la festividad de San Ezequiel, santo nacido en Alfaro. Terna de artistas. Al primero de la tarde le recetó Morante de la Puebla cuatro verónicas y una media de auténtico lujo. Repitió en el quite, esta vez dos y el remate. ¿Cuáles fueron mejor? Fue lo más reseñable de un primer capítulo condicionado por la nula codicia y emoción del toro. Se resignó el sevillano entre vanos intentos.
Morante de la Puebla sorteó un toro en cuarto lugar que salía distraído de los muletazos y que no anduvo sobrado de fuerzas, claudicando un par de veces durante una faena medida del sevillano en la que alivió al de Guadalmena. Tras dos pinchazos, se echó el toro.
El segundo de Guadalmena fue otro cantar. Tuvo acometividad y casta. Diego Urdiales lo lidió con oficio y mando primero para gustarse después en una faena que tuvo varias tandas de excelente categoría y compás. Actuación medida, con un bonito final con adornos garbosos. Mató de una gran estocada en lo alto y fue premiado con las dos orejas.
Diego Urdiales se llevó el lote porque el quinto humillaba y repetía en los engaños. La faena del riojano estuvo preñada de buenos momentos, como una serie en redondo templada a la par que mandona, rematada de una trinchera que fue un cartel de toros. Urdiales llevó siempre embebido al toro en la muleta. Quizá faltó exprimir más las buenas virtudes del guadalmena. Mató de pinchazo y una estocada caída, y recogió una gran ovación.
Muy deslucido, revoltoso, incierto, escarbador… así fue el tercero. Juan Ortega recorrió la plaza, buscándole las vueltas, con probaturas pero sin opción alguna de lucimiento. Mató de una estocada tras tres pinchazos, siendo silenciado.
El sexto recibió dos varas entre las protestas del público. No se vio directamente al toro. Juan Ortega lo macheteó bajo el diluvio. Abrevió el sevillano, que fue abroncado.
Alfaro, miércoles 16 de agosto de 2023. Toros de Guadalmena, correctamente presentados, de desigual juego. Los mejores, segundo y quinto. Morante de la Puebla, silencio y palmas; Diego Urdiales, dos orejas y gran ovación con saludos; Juan Ortega, silencio y bronca. Entrada: Tres cuartos de plaza.
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