En el invierno los toreros preparan sus temporadas. El ganadero toma sus decisiones más importantes. El empresario proyecta sus ferias imaginando el efecto de la taquilla. Y los periodistas decimos que ha pasado otro invierno desaprovechado para el sector. En el presente periodo invernal que va llegando a su fin ha ocurrido una reacción sin precedentes: Los políticos orquestados por la Fundación Toro de Lidia han tenido a bien en recuperar un premio de vital importancia para el toreo. Urtasun eliminó por decreto el Premio Nacional después de una década, despreció a su último premiado: El Juli y se “olvidó” de la correspondiente Medalla al Mérito de las Bellas Artes (máxima distinción a nivel estatal en el plano cultural).
Con lo que no contaba el ínclito ministro es con que él no es el único que puede otorgar el galardón que han recuperado nueve comunidades autónomas tras el impulso del senado y la coordinación de la Fundación Toro de Lidia que trabaja con todas ellas en diferentes proyectos de promoción de la fiesta. El trabajo en estos meses ha sido ingente por parte de juristas, técnicos y defensores de la libertad. Todas las comunidades aportan una cantidad económica que dota del premio de 30.000 €, en todas las ediciones anteriores ha sido donado por parte de los galardonados a diferentes obras sociales.
Están representadas la mayoría de las comunidades autónomas que forman España, aunque deberían haber estado absolutamente todas porque en todas ellas, hasta en las Islas Canarias, ha habido un pasado taurino. En casi todas sigue habiendo un presente y en la mayoría hay un gran futuro. Las que más extrañeza me ha causado no encontrar son las de La Rioja y la de Navarra. Recapacitarán porque su pueblo se lo exigirá.
Lo importante ha sido la unión demostrada de fuerzas políticas -por encima de color político-, sociales y profesionales para rebelarse contra un ministro sectario. Este invierno no ha sido yermo para el toreo. Enhorabuena a todos los que han tenido que ver en esta reacción que nos genera orgullo como aficionados y, en especial, a la Fundación Toro de Lidia.