REPORTAJE

El toro como ejemplo de altruismo

Maribel Pérez
martes 09 de julio de 2024
El 7 de julio de 1922 arrancaba el carácter benefactor de los toros en Pamplona y la gestión de la Meca en el coso taurino después de que la Casa de Misericordia lanzara un año antes el proyecto de la construcción de una nueva plaza de toros

Seguro que a algunos -todavía- les sorprenda que los beneficios económicos de la Feria del Toro reviertan íntegramente en la mejor calidad de vida de las personas mayores desfavorecidas que moran en la Casa de Misericordia de Pamplona. Una institución sin ánimo de lucro que mantiene intacto desde hace más de 300 años su principio básico fundacional: atender y cuidar de forma prioritaria a las 500 personas mayores con más necesidades socio-económicas que viven en ella. Es así cómo San Fermín y la Meca se dan la mano en una labor social impagable con el toro como protagonista.

El 7 de julio de 1922 arrancaba el carácter benefactor de los toros en Pamplona y la gestión de la Meca en el coso taurino después de que la Casa de Misericordia lanzara un año antes el proyecto de la construcción de una nueva plaza de toros: “Para nosotros ha sido muy útil la plaza; primero para obtener el equilibrio económico y segundo, para poder acometer toda una serie de inversiones de actualización constante, porque el edificio ha tenido que adaptarse a las necesidades de cada época”, explica Jesús Cía Garza, director de la Meca: “Todos los beneficios que se obtienen de los toros revierten en la mejor calidad de vida de los residentes. En este momento, estamos acometiendo unas obras para que todas las habitaciones sean individuales con baño exclusivo y muchos más metros cuadrados”.

“Estamos acometiendo unas obras para que todas las habitaciones sean individuales, con baño exclusivo y muchos más metros cuadrados para nuestros 500 mayores”

“La Casa de Misericordia es una institución muy querida y muy reconocida porque tiene ya más de tres siglos de historia en Pamplona. Se creó en 1706 por iniciativa popular y desde entonces ha venido atendiendo a las principales necesidades sociales de cada época. Ahora nos dedicamos a la atención de personas mayores. En este momento tenemos a 500 residentes de una media de unos 87 años de edad y en su mayoría son frágiles o muy dependientes”, afirma el director de la Meca.

Por esta razón, y tal como sostiene Mariano Pascal, responsable y coordinador de participación de la Casa de Misericordia, “dentro del imaginario e ideario colectivo pamplonés tanto el toro como la Casa de Misericordia son queridísimos. A veces es tan querida, como desconocida, porque en este mundo de las personas mayores nos cuesta mucho el hacer público cómo trabajamos. La Meca está plagada de fotos de los años 40 y 50 cuando aquí teníamos niños, de figuras del toreo de la época, y aquí venía Manolete, que en el año 45 se dedicaba a venir a ver a los niños de la Casa de Misericordia, o Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín… Es como si hoy en día ídolos como Cristiano Ronaldo pasaran a ver a los niños más desfavorecidos”.

Pascal desvela que el objetivo es poder ampliar el número de residentes en el futuro: “Tenemos que ser una residencia del siglo XXI de manera que todo beneficio recae en la mejora de las instalaciones. Tenemos un poco paralizados los nuevos ingresos porque estamos transformando muchísimas habitaciones, pero el objetivo es que dentro de unos años lleguemos a recuperar el número de 550”.

Y es que es con la Feria del Toro con la que se logra el equilibrio presupuestario “para garantizar no solamente la supervivencia, sino la filosofía altruista o sin ánimo de lucro de la institución”, según manifiesta Cía Garza, que explica cuánto aporta económicamente el toro a su mantenimiento: “Depende de cual sea el déficit de cada año, pero puede compensar en torno al 15 % del déficit anual. Y la gestión de la plaza, siendo una partida que no es la principal, es lo que garantiza que a final de año lleguemos al equilibrio. Atendemos a gentes que no pueden pagar el coste completo de su atención y que pagan en función de su capacidad. Eso supone en torno al 80 % de las necesidades de la institución para su supervivencia y el otro 15-20 %, que es lo que de déficit queda, es lo que se compensa fundamentalmente con los beneficios de la Feria del Toro, pero también de otras maneras: de una partida de donaciones populares precisamente por el aprecio de la institución y también con ingresos como el de la gestión que hacemos del parque ferial de las barracas en los sanfermines”.

“La gestión de la plaza es lo que garantiza que a final de año lleguemos al equilibrio. Atendemos a gente que no puede pagar el coste completo de su atención”

En la atención sociosanitaria y sociocultural de la Meca cobran especial protagonismo las actividades taurinas de la capital navarra, según declara Pascal: “Tenemos una enfermería, pero la atención se centra sobre todo en el desarrollo vital de los residentes. A través de que puedan cumplir aquellas cosas que les gusten. Dado que estamos hablando con APLAUSOS y estamos hablando de la feria, es un público tremendamente taurino. Aquí se emiten 365 días al año corridas de toros en una sala muy concreta. Y en sanfermines todos los días organizamos salidas a la plaza de toros y muchos de los residentes van a los toros o hay que habilitar hasta dos salones enteros para ver toros. También se levantan todos en el encierro, cuando sale el cartel de la feria todos están esperando a verlo y luego recibimos la visita de varias de las peñas sanfermineras que vienen a vernos por las mañanas. Con el Club Taurino de Pamplona realizamos además un campeonato de mus anual, y actividades intergeneracionales con colegios de Pamplona como la visita guiada a la plaza de toros en una experiencia curiosísima con los jóvenes. Todo esto supone una explosión de alegría para los residentes porque supone una reminiscencia absoluta de la juventud de cada uno”.

Galería de la enfermería de la Casa de Misericordia de Pamplona.

“Fuera de esa parte taurina hay un montón de actividades diferentes que pueden realizar, como yoga, gimnasia, distintas terapia…todo aquello que les ayude a permanecer autónomas y a conservar esa parte de la autonomía personal”.

Para llevar a cabo todas estas labores de atención, la Meca cuenta con “300 profesionales de manera directa y además otras empresas como el servicio de limpieza, cocina. Si reunimos a todas ellas, al cabo del año han pasado fácilmente por la casa 330 o 340 trabajadores”. Todo ello se traduce en una contribución al erario publico vía impuestos que Cía resume así: “Desde la seguridad social de los trabajadores, el IRPF, de los diferentes tipo de IVA, en la memoria anual de la institución normalmente, porque la Feria del Toro y los sanfermines están supeditados para la actividad benéfica de la residencia, toda la institución aporta más de 4 millones de euros, pero en esa cantidad están metidos los toros. Porque la parte de la residencia geriátrica, que es muy grande, es mucho mayor”.

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