No vamos a escribir mucho pues los ánimos no están para ello. Pero para eso vamos hacer resumen de una tarde de toros de “manga ancha”, así de simple. El hecho es que se cortaron ocho orejas en la segunda de San Cristóbal, y vaya a usted a saber si en realidad debieron ser cuatro, es decir la mitad de apéndices cercenados.
El encierro del hierro de Campolargo ha desentonado en cuanto a presentación y trapío se refiere en casi la mayoría de los astado que saltaron al ruedo. Les ha faltado remate los pupilos de don Juan Campolargo, tanto por trapío la segunda parte del festejo, como por la falta de casta de los mencionados astados yaracuyanos, dejando los de mayor opción los corridos en los primeros tres lugares.
Abrió plaza el galo Sebastián Castella, quien cortaría la oreja, en labor donde primó la entrega y disposición del torero por encima de las condiciones del astado. Los mejores momentos del trasteo muletero fueron sobre la mano diestra, en la que Castella desgranó lo mejor de su tauromaquias, aliviándose de los embates de un astado complicado donde estaría por encima de él. El certero volapié valdría para la concesión de una oreja.
Más complicada resultó la lidia del cuarto, anovillado segundo del lote del francés, con el cual Castella se empeñaría en largo y anodino trasteo para ser silenciado con silencio tras dos avisos.
Por su parte, Emilio de Justo se ha justificado, pero no tanto para alcanzar la cota de cuatro orejas, donde debieron ser la mitad de ellas, abrochando las nobles embestidas de su primer astado, en especial por la mano diestra en labor empeñosa y poco más. El certero volapié fue suficiente parta mandar a las mulillas este toro y ser premiado con las dos orejas. Mismo premio que tuvo en su segundo, tras otra faena con poco contenido en su trasteo, eso sí, tras nuevamente otro certero volapié, algo desprendido.
Cerró terna Jesús Enrique Colombo quien pechó con los toros más ásperos de la función, exponiendo al máximo el coleta taribense. Lo certero de la espada le valió para que el público le pidiera con fuerza las orejas que el usía, a falta de un buen criterio, le premiara con las dos de su primero, y otra más del que cerró plaza, con otro trasteo más a la galería que otra cosa, dejando en evidencia sus ansias de triunfo indiscutiblemente.
San Cristóbal (Venezuela). Viernes, 31 de enero de 2025. Segunda de la Feria de San Sebastián. Toros de Campolargo, terciados en su presentación, nobles en distinto grado. Sebastián Castella, oreja y palmas; Emilio de Justo, dos orejas y dos orejas; y Jesús Enrique Colombo, dos orejas y oreja. Entrada: Poco más de media plaza. Entre las cuadrillas destacó la brega de Rafael Vioti, de la cuadrilla de Castella.