En este San Isidro, se está confirmando lo que casi dio al traste con la feria de Abril de Sevilla. Cuando se lidia una corrida dentro del peso adecuado a su morfología, puede resultar más o menos brava y encastada, y hasta más amarga que la tuera, pero al menos se mueve y los toreros pueden batallar con ella intentando poderle, que es al fin y a la postre la esencia del toreo. Y hasta es posible que no se corte una sola oreja, pero el público permanece atento a lo que ocurre en el ruedo durante toda la tarde. Y sale de la plaza pensando: “Yo no me pondría ahí abajo por todo el oro del mundo”. Que esa es la grandeza de los toreros, que son seres singulares y distintos porque se juegan su integridad física con lo que aparece por los chiqueros. Y ese respeto es lo que los convierte en ídolos del pueblo.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2070
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2070 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2070 para Android
Acceda a la versión completa del contenido
En Madrid también falla el toro
La Comunidad de Madrid ha aprobado este martes los carteles de los 28 festejos de…
Deja su cargo por decisión personal tras cinco años de gestión e inicia una nueva…
La 29º edición de este certamen ofrece la oportunidad de demostrar su talento y ganar…
La emblemática entidad ha abierto taquillas en sus locales sociales para la venta de entradas…
El banderillero colombiano ha sido operado con éxito y su estado sigue mejorando favorablemente
El torero peruano se une a un exclusivo grupo de toreros que han logrado cortar…