Los carteles de la Magdalena, ya presentados oficialmente con presencia de las autoridades, detalle a valorar y a echar de menos en Valencia, configura definitivamente la hegemonía taurina de la Comunidad Valenciana en marzo: diez corridas de toros, tres novilladas picadas, dos sin picar, dos de rejones, cuatro de promoción, todo en el plazo de menos de un mes en sesenta kilómetros a la redonda, dos marcas, Magdalena y Fallas, una plaza de primera y otra de segunda, dos sensibilidades parecidas pero distintas, sin que este año se solape en el calendario ninguna tarde es mucha tela que cortar de tal manera que se hace cuanto menos cuestionable hablar de crisis o decadencia de la tauromaquia.
Todo ello subraya y pone en valor la importancia de la Comunidad en un momento crucial de la temporada que está naciendo y es clave para el devenir del año aun a pesar de que los empresarios más poderosos, que son los mimos, a estas alturas tienen prácticamente cerradas las combinaciones de Sevilla y Madrid que tradicionalmente esperaban, ley no escrita pero sí dinamitada, a ver qué novedades traía y cómo estaba la torería andante en el nuevo curso con el objetivo de incorporarlas a las ferias y premiar a los triunfadores.
Ya no es así en detrimento de la meritocracia y en beneficio de los intereses empresariales que argumentan que los nuevos modos sociales imponen los planes familiares y lúdicos con tiempo. Con ese argumento es evidente que cualquier revelación que se pueda producir en estas plazas que siempre fueron lanzaderas, cualquier aparición sorpresa en las ferias de la Comunidad tendrá que esperar al año que viene para recoger los frutos del triunfo en plazas tan decisivas como Sevilla o Madrid. Lejos queda aquel triunfo de Pepe Luis Parada al que dos grandes faenas no rematadas con la espada en las fallas de 1970, le sirvieron para firmar cincuenta corridas de toros en el hotel Astoria apenas se había despojado del chispeante. La esperanza radica, el que no se consuela ya saben el refrán, en que a pesar de los nuevos modos todavía no está todo el pescado vendido, en que las hipotéticas revelaciones -por qué no soñar que se vayan a producir- todavía podrían subirse al tren de San Fermín, de la Asten Agusia o de alguna plaza francesa y el resto de la temporada que todavía mantienen la sana costumbre de esperar para consolidar triunfos y rentabilizarlos.
MORANTE, NO, SÍ, NO…
Entre las dos ferias valencianas comparecerán los más relevantes del escalafón más allá de algún nombre, especialmente los valencianos, que, aunque mereciéndolo no hayan encontrado acogida en los carteles. La espera, calculada, de Matilla para cerrar la Magdalena y poder dar entrada a nombres que se hayan quedado fuera de Valencia y puedan dar interés a su feria ha dado sus frutos y permitirá ver a Morante quien ha preferido esperar a la feria de la Plana antes que enfrentarse al toro de primera en Valencia, detalle que se quiera o no tiene sustanciosas y palpables diferencias. La ventaja que se ha tomado el de la Puebla que antes estará también en Olivenza, se puede disculpar teniendo en cuenta de donde viene, un largo periodo de inactividad motivado por su complicada salud mental y porque y sobre todo su expresión artística es tan fuerte y determinante que en no pocas ocasiones se puede asegurar que está por encima de la dificultad o presencia del toro por mucho que ello pueda tener de injusticia comparativa con los compañeros o ir contra la esencia más dramática del toreo. Son privilegios de los grandes artistas con licencia para tales dispensas. Siempre, claro, que no caiga en el abuso y no tarde en exceso en recargar la tarjeta del crédito artístico. Pablo Aguado, del mismo palo artístico, es otro de los ausentes de Valencia que ha encontrado acomodo en Castellón donde a diferencia de Valencia se ha quedado fuera un creciente Perera a pesar de su cercanía administrativa con la empresa. Misterios del taurinismo. Llama la atención la ausencia de Roca Rey en Magdalena consecuencia de su postura de torear menos este año, aunque sí estará en una corrida extraordinaria en junio con motivo de la festividad de San Pedro, en la que se homenajeará al empresario castellonense del mundo de la cerámica, Manuel Coloques. Dos toreros de los considerados de arte, Juan Ortega y Manzanares estarán en las dos ferias, con la particularidad de que el alicantino hace doblete en los dos cosos.