En Valencia, el bravo fue Samuel Navalón

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La novillada de apertura de la Feria de Julio comenzó con un gran ambiente en los tendidos. La ilusión de los novilleros de la tierra, Nek y Samuel, y el impacto de Jarocho en San Isidro, merecían la respuesta del público. La apuesta de la empresa en el cambio horario, retrasando el festejo una hora el inicio tradicional, pasando de las siete a las ocho, no pareció importar en la inauguración del abono vistos los resultados de la primera prueba. El novillo de Núñez de Tarifa que abrió la tarde mostró desde salida su contado poder y justeza de raza. Pareció estar casi picado. La faena de Nek Romero transitó entre pequeños esbozos, los mejores al natural, frente a un animal que no pudo desarrollar su bondad y que incluso acabó echándose.

Jarocho buscó el triunfo con todo ante el segundo, que con su nobleza pero poca entrega pasaba a media altura. Jugó bien los brazos en el saludo a la verónica y en el posterior quite por el mismo palo, y banderilleó con espectacularidad, especialmente un tercer par de mucha exposición. La faena tuvo pasajes estimables con la izquierda, la mano de Roberto Martín. Quedaron los apuntes de muletazos de buen trazo, templados y bien enganchados. En una serie postrera sobre la diestra, el novillo se le quedó debajo, no rectificó Jarocho y sufrió una fea voltereta, girando sobre el pitón. Ahí se terminó de diluir una faena que trató de alargar sin sentido. Una estocada atravesada y otra casi entera acabaron con el asunto.

Samuel Navalón dejó su tarjeta de presentación en la tarde en el novillo de Jarocho con un quite por chicuelinas que tuvo mucha categoría. Sensacional la manera de jugar con los brazos, o más bien con las muñecas, todo sutileza. Ya en su turno recibió a su novillo con dos faroles de rodillas, una declaración de intenciones de lo que sería su faena, que fue de una clarividencia absoluta. Porque el novillo mostró tanta movilidad como poco celo en los primeros tercios, con más ganas de irse que de quedarse y entregarse de verdad. Ahí salió a relucir la capacidad de Navalón, que lo sujetó con gran pulso, siempre la muleta puesta adelante, sin tocarle en ningún momento los engaños, templado, afianzado sobre la firmeza de sus zapatillas. La faena no bajó la intensidad desde el eléctrico inicio de rodillas en los medios y hasta la apretadísimas bernadinas de cierre. Un pinchazo, un pinchazo hondo y un golpe de descabello redujeron el premio a una oreja, al fin y a la postre la única de la tarde.

UNA SEGUNDA PARTE MUY A MENOS

En el brindis de Nek Romero a Santiago López flotaba el recuerdo de la Feria de Julio de 1974 en la que el torero granadino se rebeló y acabó siendo el triunfador por la vía de la sustitución hace nada menos que medio siglo. Y rebelarse es lo que hizo también Nek con un cuarto falto de bravura y sin gracia ninguna. Todo lo rescatable de la faena hay que atribuírselo al valenciano. Qué mérito el suyo de no aburrirse. Estuvo con la actitud propia de un novillero e hizo un esfuerzo que el novillo no se lo agradeció.

El quinto capítulo tuvo poca historia. O ninguna. Por más que lo intentó Jarocho, no hubo nada que rascar. A media altura el novillo, sin querer emplearse, topaba más que embestía. Muy deslucido. En su desfondada condición se ahogaron las ilusiones del burgalés, que lo pasaportó de buena estocada.

Hasta ¡tres veces! emprendió Samuel Navalón el camino a la puerta de chiqueros en el sexto. En los tres libró bien el compromiso. La última con el novillo pegando un regate que ni Mbappé. El titular vio cómo le asomaba el pañuelo verde tras lastimarse en los primeros compases y el segundo no debió salir por su nulo trapío. Además de flaco, evidenció problemas en la vista por lo que también volvió para atrás. Y el definitivo se mantuvo en el ruedo no se sabe bien por qué. Flojísimo de remos, apenas podía sostenerse en pie. Un despropósito. Claudicó en la segunda serie. Inédito Navalón.

Valencia, jueves 18 de julio de 2024. Primera de la Feria de Julio. Novillos de Núñez de Tarifa (6º ter), desiguales de presentación, algunos de escaso trapío como los sobreros, novillada sin fondo y descastada en conjunto. Nek Romero, silencio y ovación con saludos tras aviso; Jarocho, silencio y ovación con saludos; y Samuel Navalón, oreja y ovación con saludos. Entrada: Media plaza. Dos buenos pares de José Manuel Mas en el primero y Víctor del Pozo, en el cuarto.