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Enrique Ponce: “No podía irme sin decir adiós”

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Enrique Ponce y el periodista José Ribagorda protagonizaron este martes una nueva edición de los mano a mano de la Fundación Cajasol, en concreto la número 72 de estos encuentros culturales que se celebran en Sevilla desde 2007.

La convocatoria se desarrollaba en unas circunstancias muy particulares que marcaban su hilo conductor. La primera, que daba título a la propia charla, es la inminente reaparición del diestro de Chiva, que volverá a enfundarse el traje de luces el próximo día 17 en el coliseo de Nimes (Francia). Iniciará así una temporada de despedida que pondrá un cierre oficial a una carrera sin parangón en la historia del toreo.

La charla, moderada por José Enrique Moreno, no podía abstraerse de la más rabiosa actualidad y los efectos colaterales de la arbitraria cancelación del Premio Nacional de Tauromaquia por parte del ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Ribagorda dijo al respecto: “La tauromaquia hay que defenderla de argumentos espúreos que van, sobre todo, en contra de la libertad”.

Pepe Ribagorda desveló que las cámaras de Telecinco, precisamente, estarán en Nimes para informar de la reaparición de Ponce. “Es una gran noticia que un torero de su dimensión vuelva a estar ahí; nadie puede presumir de las cifras que él tiene”, añadió el periodista.

Ponce se refirió a las circunstancias que acompañaron su inesperada retirada. “Necesitaba parar, me vino así y decidí no torear más; acabó la corrida de León y supe que era la última. No pensaba volver, estaba muy tranquilo, feliz en Almería, pero allí donde iba me decían que no podía irme así”. El veterano diestro asumió esa expectación y tomó la decisión de volver a torear. “No podía irme así y comprendí que no podía marcharme sin decir adiós; no pasarán de quince o veinte corridas, quiero que cada tarde se viva con intensidad, como una despedida de cada plaza. Había ofertas para que fuera una temporada completa pero quería que fuera algo especial y tenía que elegir”, afirmó.

“Me encuentro bien, me encuentro lleno y sólo necesito que ayuden un poquito los toros; me encuentro con alma para dar, para decir adiós en las plazas a las que acuda sintiendo el toreo como siempre he querido transmitirlo”, explicó Enrique Ponce.

Ponce habló de sí mismo como “un inconformista” antes de hablar de la necesaria humildad para seguir aprendiendo “sin estancarse”, aludiendo a un concepto, aprendido de su abuelo, que no es otro que “estar siempre por encima del toro”. Ribagorda reincidió en el concepto de la “inteligencia” como suprema virtud del toreo de Enrique Ponce. El valenciano bromeó al desvelar que se asombraba de haber sido capaz de matar a los toros que ahora cuelgan de las paredes de su casa. “Te relajas y empiezas a ver el toro como un mortal más, no como un torero, y lo difícil es volver a mirar el toro con la visión de un torero”.

DE POLÉMICAS

“Los toros van a estar toda la vida”, proclamó Enrique Ponce aludiendo a la polémica decisión del ministro Urtasun. “Este señor no es nadie para decidir qué es cultura”, precisó el diestro. “Es que no pueden ir contra la tauromaquia, está protegida por ley”, añadió Ribagorda definiendo la salida de pie de banco del ministro de Cultura como “una manifestación de impotencia”.

“Si es que la gente joven está más implicada que nunca, van con la cara alta y dicen que son aficionados sin ningún complejo; ésa es una de las bases más importantes que tiene la tauromaquia en estos momentos y ese es el futuro, la permanencia de esto; en ese sentido tenemos que estar contentos”, dijo el torero.

Ponce entró en terrenos más personales al evocar su propia intimidad en estos últimos años. “Siempre había tenido el toro incrustado en la cabeza y en este tiempo he podido hacer otras cosas sin pensar que tenía que torear al día siguiente; en la plaza se puede ver tu estado de ánimo porque los toreros somos transparentes y no dejamos de ser artistas, tenemos que estar llenos para poder expresar, porque una cosa es pegar pases y otra es torear con un sentimiento”.

SEVILLA

torero y periodista también hablaron de sus pinitos como cocineros en el tramo más relajado de una charla que también aludió a los contactos con la empresa de la plaza de la Maestranza para escenificar una despedida de la afición sevillana que no tendrá lugar. “Tenía Madrid hecho y ya no cabía en el planteamiento de temporada venir a Sevilla un día antes o después de Las Ventas; lo pensé y le dimos vueltas y Ramón Valencia puso mucho interés pero al final no lo vi; si hubiéramos hecho Sevilla antes a lo mejor no habría ido a Madrid el 28 de septiembre; era la primera corrida que habíamos hecho con la del 9 de octubre en Valencia, que será la de despedida”.

La charla, definitivamente, entraba en su recta final. Ponce se abrió por completo: “Quiero que la gente que va a verme por última vez se encuentren con el torero de siempre, pero con un poquito más de sabor”.

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Enrique Ponce: “No podía irme sin decir adiós”

Redacción APLAUSOS

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