Esaú Fernández ha dado con la tecla de Miura. El torero de Camas ha encontrado en el legendario hierro de Zahariche la senda del éxito y un filón para estar en las principales ferias. El año pasado el nombre de ambos se unió para los restos con el indulto de Guineo en Sanlúcar de Barrameda, segundo miura al que se le perdona la vida en toda la historia de la ganadería. Desde entonces, el de Camas ha sido un habitual en las ferias que han contado con los miuras.
En Sevilla mató la primera miurada de la temporada y este sábado toreará en Zaragoza la última de este año. Dos plazas de primera. En la Maestranza cortó una oreja. Luego llegó Algeciras y la espada impidió que sumara de nuevo algún trofeo. En Sanlúcar, esa plaza ya talismán para el sevillano, fue testigo de esa capacidad y claridad del torero para lidiar miuras. Cortó dos orejas y abrió la puerta grande. Ahora queda Zaragoza, con el fin de abrochar el año de la misma manera que lo empezó en Sevilla.
“He crecido mucho como torero y he madurado, me encuentro muy bien y ese gran momento me ha dado la confianza y la técnica para poder triunfar con una ganadería tan especial como es la de Miura”, afirma Esaú Fernández a la salida de un tentadero en Zahariche como puesta a punto para encarar este último compromiso en Zaragoza. El torero lo ve claro. Todas las tardes se ha ido a portagayola con los miuras y los ha toreado con una serenidad y confianza impropias de quienes se ponen delante de estos toros tan exigentes. “Es que me gusta mucho esta ganadería. Requieren de una técnica especial, pero son los que mejor me dejan mostrar ese momento que atravieso. Me gustaría matar la corrida de Miura en todas las plazas”, señala. Lo que para otros toreros supone una gesta, para Esaú es todo lo contrario, “disfruto toreando. Es un honor poder anunciarme con esta ganadería”, concluye.
Junto al camero completan el cartel de este sábado en Zaragoza otros dos triunfadores con este hierro: Manuel Escribano y Jesús Enrique Colombo.