Cargado de matices resultó el regreso de la ganadería de Partido de Resina a Las Ventas, donde lidió el domingo un buen ejemplar, jugado en segundo lugar. El encierro sevillano presentó en Madrid una corrida amplia, fuerte, de gran envergadura y notablemente armada que dio un juego desigual en el último tercio.
El encierro se lidió a turno cambiado. José Calvo recibió un golpe en la lidia de su primero y, tras estoquearlo, pasó a la enfermería. Ello obligó a correr turno y a que el valenciano estoquease su segundo oponente en sexto lugar. Calvo se mostró firme y asentado, logrando instrumentar excelentes muletazos sobre ambas manos. El bajo fondo del animal obligó al diestro a hilvanar los muletazos de uno en uno, llegando aún así al tendido. Gustó el dibujo y la prestancia de su labor. En cambio, José Calvo no terminó de acoplarse con el segundo, un animal que empujó en varas con codicia y que tuvo noble estilo en la muleta.
Confirmó alternativa Álvaro Ortega y, sin premio mayor, dejó una grata impresión. No tuvo opciones de triunfo pero dejó patente que tiene valor y corazón. El toro de la ceremonia tuvo fijeza pero no se empleó. Ortega le muleteó con facilidad sobre ambas rayas, en una faena de suma facilidad, rematada de un pinchazo y una buena estocada.
Fernando Cruz se estrelló con el complicado tercero, un toro que desarrolló sentido y midió al torero en cada arrancada. Una prenda. Aguantó bien el madrileño. Su segundo tuvo nobleza y descolgó más.
Toros de Partido de Resina, bien presentados, hondos, serios y de gran envergadura. JOSE CALVO: Pitos tras aviso y saludos; FERNANDO CRUZ: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos; ALVARO ORTEGA: (Confirmación) Silencio y silencio. Entrada: Más de un cuarto de plaza.