Un cordobés en Jerez. Que quede claro, que la cuna es la cuna. Apasionado por los toros. Y por los amigos. Y por su Andalucía. Devoto de la familia, de Ojeda y de la Jurado. Práctico y llano. Menos duro de lo que pretende aparentar. Un tipo con una capacidad de trabajo desbordante. De poco glamour y mucha fuerza. Seguro de sus creencias -muy seguro diría- directo, preclaro, poco dado al disimulo, un ganador, en realidad un volcán en erupción permanente en el campo, en la ciudad, en la plaza, en el despacho y en los aviones donde habita. Te puede recitar de memoria todas las reatas de su ganadería, madres, hijas, juego y plazas donde se lidiaron sus productos, o los modelos y precios de un extenso catálogo de muebles o el ranking más actual de los mejores vinos del momento o recordar el nombre de aquel chico que vio un día en una becerrada y le pareció que tenía algo o de aquel otro al que no le vio nada. Es Ricardo Gallardo, el de Fuente Ymbro. Llegó a la élite ganadera con la contundencia y la rapidez del trueno, sin fincas heredadas, sin apellidos, sin tradición familiar, lo logró en apenas veinte años aunque mucho me temo que a él, como a Machado, lo que le hubiese gustado era ser torero. Ese era hasta ahora su secreto. “A mí lo que me hubiera gustado es ser torero”.
– “Creo en la bravura, claro. Esa es la gran verdad, la gran defensa del toro. Y creo en el sentimiento, en el arte, en el esfuerzo, en la verdad… así que tengo que creer en el toreo”
– “El instinto sí es muy importante para ser ganadero. Hay cosas que casi sin verlas hay que imaginárselas. La experiencia también es importante. Y hay que ser muy realista. No te puedes creer cosas que tú quieras ver. Hay que tener un conocimiento de la realidad aunque duela”
– “En las plazas de la Champions a los ganaderos nos exigen un toro muy hecho, muy fuerte y con muchos pitones. Eso forma parte de ese espectáculo, es obligado. Y yo que aspiro a permanecer en esa categoría, no quiero rebajar el nivel”
– “Yo quitaría la báscula. Hay toros que por trapío merecerían ser lidiados en las ferias grandes y por unos kilos los dejan fuera. La seriedad hay que mantenerla, lo que hay que eliminar es la tablilla. Es una medida injusta”
– “Sin bravura no hay nada que hacer. Bravo y que no se deje dar un muletazo tampoco vale. Sin fuerza ya se sabe, ruina. Y luego está la transmisión que es lo que pone de acuerdo a todo el mundo sepa o no de toros”
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