Una mañana de 2016 tomó la alternativa en Nimes. Morante de la Puebla fue su padrino. Cortó una oreja en el toro de la ceremonia y cayó herido en el que completó su lote. En el coliseo romano se convirtió en matador de toros triunfando y derramando su sangre. Lo recuerda con cariño: “Era consciente de que estaba preparado. Caí herido en el sexto, pero recordaré siempre que me demostré que podía ser figura del toreo. Di el nivel que se me exige”. Además ha tenido la oportunidad de triunfar en su ruedo: “En 2018 le corté dos orejas a un toro de Victoriano del Río y otra faena importante con un toro muy serio de Virgen María el año pasado que me dio mucha confianza en mí mismo”.
Nimes ya forma parte de la carrera de Ginés Marín como una de sus plazas talismán. Esta Feria de la Vendimia regresa al Coliseo en la corrida que cierra el serial. El domingo 15 estoqueará un encierro de Fuente Ymbro junto a López Simón y Juan Leal: “Es una plaza que siempre va a ser significativa para mí. Me encanta su afición. Me siento un privilegiado por poder torear allí, ojalá pueda hacer en esta plaza la faena que sueño”.
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