Así de hermosa lució la plaza, llena hasta la bandera, disfrutando de una gran tarde de toros. Fotos: ArjonaLos tres toreros del festejo de hoy en Bilbao, Enrique Ponce, El Juli y Manzanares, cada uno en su estilo, han brillado con luz propia en el sexto espectáculo de las Corridas Generales, en el que apenas sirvieron dos toros, un sobrero de Ortigao Costa para el madrileño y el sexto ejemplar de El Ventorrillo.
El mejor de los toros lidiados fue el quinto. Reemplazó a un toro de El Ventorrillo que debió hacerse daño al intentar saltar al callejón. El colorado de la ganadería portuguesa embistió con clase, templanza, nobleza y profundidad a los engaños de El Juli, que fue afianzándose poco a poco en una faena siempre a más y que contó con varios pasajes de notable trazo por ambos pitones. Una tanda con la zurda fue cumbre. Lástima que la espada cayera un poco caída. La oreja fue de peso. Su primero, apuntaba buena condición, se rajó a las primeras de cambio.
Manzanares exhibió su gran momento. Maduro, templado, torero y con un repertorio más variado que nunca, el alicantino firmó una actuación importante en sus dos toros, de torero en sazón. Su primero fue más fácil en sus manos, ahora que lo ve todo tan claro el torero, y con él construyó una labor de mérito salpicada por momentos de enorme belleza tanto al natural como sobre la diestra. Mató de media estocada y varios descabellos que redujeron el premio a una ovación. El sexto, sin duda el más manejable de los de El Ventorrillo, le permitió gustarse de nuevo en otra labor en la que volvió a destacar su aplomo y seguridad, amén del gusto, hondura y empaque al que nos tiene acostumbrados. La estocada fue sencillamente perfecta. Se le pidió con fuerza el segundo apéndice.
Enrique Ponce lo intentó en vano con el primero, un toro de enorme seriedad que desarrolló peligro y malas intenciones, y anduvo inteligentísimo con el cuarto, un toro rematadamente manso al que cuajó a base de manejar terrenos y querencias en una labor de torero listo y de técnica superdotada. La estocada cayó baja y eso le impidió pasear un trofeo que, en cualquier caso, fue pedido por la afición bilbaína.
Bilbao, 26 de agosto de 2010. Toros de El Ventorrillo, bien presentados y mansos y bajos de raza en general salvo el 6º, manejable. El 5º fue un sobrero de Ortigao Costa, bueno. ENRIQUE PONCE: Silencio y vuelta al ruedo tras petición; EL JULI: Silencio y oreja; MANZANARES: Saludos y oreja con fuerte petición de la segunda. Entrada: Lleno de “No hay billetes”. Saludaron en banderillas Juan José Trujillo y Luis Blázquez.
