Como es tradicional, la finca Zarapuz, propiedad de Pablo Hermoso de Mendoza, vivió su día de herradero. Este año, la situación sanitaria derivada del Covid-19, marcó una jornada siempre festiva y familiar. En esta ocasión fue un día de trabajo, una labor más a realizar en la finca en la que apenas intervinieron los vaqueros, veterinario, ganadero y mayoral del hierro de la PH.
Las labores estuvieron dirigidas por Guillermo Hermoso de Mendoza, quien marcó prácticamente la totalidad de las treinta y siete reses que formaron la camada de este año. Una camada de dieciséis hembras y veintiún machos, todos del encaste Murube, entre los que hay varios hijos del toro Culebrito, del hierro de El Capea, indultado en 2017 en la corrida de rejones de Istres, Francia.