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“He superado situaciones muy duras”

Fotos: ARJONA

No ha sido un año fácil para Curro Díaz. A pesar de haber contado con la oportunidad de verse incluido en muchas ferias por su triunfo en Madrid del año pasado e, incluso -ya en el plano personal- de haber sido feliz padre como colofón final de temporada. Dos cornadas graves y, de nuevo, la pérdida de un compañero, han marcado el guión de su año. Sin embargo, el jiennense, habituado a superar trances aparentemente insalvables, encara el futuro y mira el presente y el pasado con convencida positividad. ¡Esa es la actitud! Mal asunto si no es así.

– A pesar de haber cosechado un considerable número de paseíllos, tengo la impresión de que no ha sido una temporada demasiado amable para usted.

– No ha sido fácil. Se han unido una serie de circunstancias que han hecho que el año resultara más duro de lo que me habría gustado. La cornada de Zaragoza, a principios de temporada, y luego la de Manzanares, a mediados de julio, justo cuando empezaba el grueso de las ferias, fueron hándicaps importantes. La corrida de Teruel también tuvo una carga emotiva muy difícil de controlar. Posiblemente sea la tarde que he tenido que hacer un mayor esfuerzo, después de lo que vivimos allí el año pasado. También la cornada a Pirri en Pamplona me dio lugar a pensar cosas realmente serias, aunque solo fuera por unos segundos. Y si a eso unimos lo de Iván Fandiño, cuando aún no nos habíamos recuperado de lo de Víctor Barrio el año anterior… De hecho puedo decirle que cuando me pegan la cornada en Manzanares casi lo esperaba, después de todo lo que estaba viendo alrededor. Me veía en la cama y, a pesar de los dolores que tenía que soportar, paradójicamente, me sentía tranquilo y, digamos, a salvo. No obstante, y a pesar de todo lo anterior, le digo que me siento feliz. He tenido la oportunidad de torear, que es lo que más me llena, y ver reconocida mi valía profesional, por lo que no me puedo ni quiero quejar.

– Su carrera está siendo de todo menos fácil. De hecho ha pasado, como mínimo, por dos trances en los que parecía que, profesionalmente, tenía las horas contadas; una la lesión del tobillo de Sevilla, de la que le aseguraron que no podría volver a torear, y la tarde del año pasado en Madrid, que era poco menos que un todo o nada. Y ambas situaciones se saldaron positivamente.

– Así es. Pero también le digo que “doy gracias” a Dios por haberme puesto a prueba. Si no me hubiera visto en estas situaciones, no habría sabido si era capaz de superarlas. Y las he superado; o al menos eso creo. Por eso a los chavales que empiezan siempre les digo que si creen en un sueño tienen que perseguirlo e intentar superar los obstáculos que, sin duda, se les van a presentar. Pocas cosas en esta vida se consiguen sin esfuerzo. Y menos en una profesión tan difícil como la de torero, en la que antes era duro llegar arriba, pero ahora, con la reducción de festejos lo es más todavía.

Siempre busco torear mejor, aunque sin la meticulosidad analítica de otros compañeros. Mi objetivo es torear más largo y más lento

– ¿Diría que ha tenido suerte en los sorteos este año?

– No. Los sorteos no me han sido favorables. Pero eso me ha servido, abundando en lo que he dicho antes, para solventar esas papeletas. Antes mucha gente me tenía por un torero de detalles, del pellizquito, pero tengo la impresión de que, después de la temporada pasada, en la que no hice ascos a ninguna corrida, y de esta, el aficionado me ve de otra manera. Haya salido lo que haya salido por chiqueros no me he alejado de mi concepto, y he podido cuajar toros de ganaderías de todo tipo. También tengo que decir que, de vez en cuando, me ha saltado alguno que me ha servido para cargar pilas y hacer el toreo con el que más me siento.

– ¿Por ejemplo en?

– En Almería desorejé a uno de Victorino y he quedado triunfador. También disfruté tremendamente en Perú, donde indulté dos toros de Torrestrella a finales de septiembre. Sobre todo el segundo día.

– ¿Y el cierre en Jaén?

– Por supuesto. En Jaén, que es mi tierra, pude cerrar la temporada como quería, con dos triunfos serios, que me dejaron una sensación muy agradable después de todo lo que hemos hablado antes.

– Habiéndose anunciado con corridas tan variopintas, ¿qué aspecto es el que más le inquieta en el comportamiento de un toro?

– La falta de fijeza. Me cuesta mucho trabajo centrarme cuando veo que un toro está más pendiente de mí o de otras cosas que de la muleta.

– ¿Qué ha buscado y qué busca Curro Díaz en cuanto a profundizar en su toreo?

– Uno siempre está buscando e indagando en su manera de torear. Aunque sin una meticulosidad tan analítica como a veces veo en algunos toreros que empiezan. Mi objetivo fundamental es torear más largo y más lento. A veces lo consigo levemente, pero nunca quedo satisfecho. Siempre creo que se puede ir más allá de donde llego. Y eso es muy bonito. Seguir enamorado de tu profesión y de las sensaciones que vives delante de la cara del toro, y también en el campo, es maravilloso.

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