El diestro mexicano Héctor Gutiérrez sufrió el pasado domingo una grave cornada en la Plaza México mientras toreaba de muleta a su primer toro. El diestro perdió casi un litro de sangre camino de la enfermería. “Me siento bien, gracias a Dios, un poco débil por la anemia de la pérdida de sangre y los medicamentos, pero estoy bien y con ganas ya de estar de pie”, confesaba el torero en el hospital a nuestro compañero Juan Antonio Hernández.
Algo que llamó la atención fue la insistencia del matador en permanecer en el ruedo tras la cornada, sabía del compromiso que suponía la tarde y así lo cuenta él: “Moralmente estoy tranquilo porque creo que la gente vio mi disposición y aunque pedía a gritos que me dejaran volver al toro para rubricar la faena, tanto mi hermano Nicolás como El Payo me dijeron que no, que la cornada era de femoral; en cuanto quise andar y vi los borbotones de sangre, me di cuenta de que era algo serio y me dejé llevar para adentro”.
Gutiérrez se encuentra todavía en el hospital tras la operación y según informan los propios doctores, no tardarán en levantarlo de la cama para que pueda dar los primeros pasos. “Afortunadamente no se han roto arterias importantes y aunque el daño en paquete vascular, según me dicen los médicos, es fuerte, puedo contarlo. Me han dicho que me pondrán a caminar y, que si no se presenta alguna complicación, el miércoles podría irme a casa”, afirma el espada.