Un hecho insólito vivió el viernes Pablo Hermoso de Mendoza. Antes de la lidia del cuarto de la tarde fue elegido por un espectador como padrino de su petición de mano. El navarro se acercó al tendido donde se encontraba la feliz pareja y le hizo entrega del anillo al novio para que este efectuara la pedida.
Después, el navarro le cortó las dos orejas a su toro. Sin duda, una tarde inolvidable.