Tiempos hubo en los que JT y San Isidro coincidían. Fue la bomba.
La noticia de la semana ha sido el anuncio de la vuelta de José Tomás. Es un clásico por estas fechas. La estrategia del enigma le funciona e insiste en ella. Torea, no torea, torea, no torea… Pues esta vez sí, torea. Y no está nada mal. Bienvenido. En realidad se sabía: conociendo como se conocía la frecuencia con la que acudía al campo, era evidente que torearía. Faltaba saber cuándo y dónde. Pasado Valencia, Sevilla y Madrid era inminente el desenlace. Ya se sabe, Algeciras, 29 de junio, no está mal, insisto. Permitirá reactivar esa feria tan afectada por el reflujo de una comarca donde una economía nada boyante lo alcanza todo. Ahora falta saber los compañeros de cartel y la ganadería, aunque puestos a especular lo más fácil es decir quiénes no estarán. Tampoco se sabe nada del resto de tardes en las que vestirá el chispeante. Sí se sabe que quien hable o dé pistas no sale en la foto, siguiendo la vieja táctica de Alfonso Guerra. Eso lo lleva JT a rajatabla, así que las empresas y toreros hacen mutis total a la espera de que sean elegidos en el reparto de bailes. Sí se puede adelantar que serán pocas, menos de las que desearían los empresarios. Y desde luego menos de las que harían falta para que su influencia real en el estado del toreo fuese sustancial. Necesitado como está, el toreo, de un agitador, del personaje que conecte la Tauromaquia con la sociedad, del tipo que arrase la crisis e invierta la inercia que han generado populistas, antis y cazadores de fortuna varios, la brevedad de las temporadas de JT no alcanza, no lo consigue. Es una pena pero es así. Otra incógnita es saber si la película, por repetida, ha perdido fuerza, si han acertado en la elección de las plazas, si mantiene el mismo interés y sobre todo si la política de mínimos en la cuestión de toros mantiene la dignidad como lo hizo en otras etapas, estaría bien, al fin y a la postre, sea más o menos decisivo actualmente en el contexto general, su éxito le conviene y mucho al toreo.
Desaparecida Barcelona, amortiguadas en su trascendencia Valencia e incluso Sevilla, el desarrollo de la temporada pasa por lo que pase este mes en Las Ventas. El que no esté en San Isidro es como si no existiera
Y mientras la agitación tomasista enerva a sus propios, se ha echado encima San Isidro, en este caso sí se trata de un movimiento muy decisivo en el estado general del toreo. Desaparecida Barcelona, amortiguadas en su trascendencia Valencia e incluso Sevilla, el desarrollo de la temporada pasa por lo que pase este mes en Las Ventas. La cotización de los toreros, la aparición de nuevos valores, la revalorización de ganaderías que en otras ferias no tienen sitio y aún menos en las tardes de JT, la conquista de espacio mediático tan necesario y tan resistente al toreo, una vez al año ya se sabe que no hace daño dirán los editores…, todo eso y más queda en manos del patrón labrador de la capital. Tanto, que es difícil sobrevivir fuera de su burbuja: el que no esté en San Isidro es como si no existiera. Desde ahora la tendencia la marcará esa feria. Ni siquiera JT se atreve a competir con SI, así que cuando uno acaba comienza el otro. Tiempos hubo en los que coincidieron y fue la bomba.
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Influencias: José Tomás vs San Isidro
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