VENEZUELA

Joselito Adame indulta en San Cristóbal, a hombros junto a Antonio Suárez

Rubén Darío Villafraz
viernes 31 de enero de 2025
Se lidió una buena corrida de Los Aranguez, con varios toros de nota y un cuarto al que se le perdonó al vida. El ganadero también se marchó en volandas

Las nubes negras y el frío en los alrededores de la plaza de toros hicieron que muchos al final desistieran subir a Pueblo Nuevo ver la primera de las corridas de feria de San Cristóbal. Y se perdieron una tarde interesante, donde cuatro de los seis pupilos de don Jesús Riera se dejaron en los engaños. Unos mejor que otros, destacando la nobleza y entrega del corrido en cuarto lugar, el cual entendió a plenitud el torero hidrocálido Joselito Adame. Por su parte, Antonio Suárez tendría su mejor tarde de varias que se le han visto, al cuajar al noblote primero de su lote, al que remató de certero volapié para cortar dos orejas unánimes ante el delirio de sus paisanos.

La tarde mantuvo su interés desde el comienzo, con el sabroso manojo de verónicas con las que se gustó Joselito Adame al que abrió plaza, llevándolo largo y templado para rematar con media en el centro del ruedo… de cartel. Medido en el caballo, para luego lucirle por chicuelinas en el quite, y cumplido el trámite de las banderillas, dispuso Adame una labor pulcra y técnica, llevándolo a media altura, en sus terrenos, al pastueño y por momentos desangelado ejemplar. Poco a poco, Joselito le fue metiendo en el engaño y sobando sus embestidas hasta hacerle ver mejor ante los presentes. Los naturales tuvieron mayor eco, por lo largo que lo llevaba, rematando detrás de la cintura los mandones muletazos, los que terminaron de colocar la plaza en interés. La certera estocada, ligeramente tendida y trasera, fue suficiente para que tras doblar el animal se le premiara con una merecida oreja.

Mayor eco tuvo su segundo del lote, precioso dije, el cual de nuevo lo recibió por alegres y sabrosas verónicas, ganándole terreno hasta rematar en los medios. Le veía Adame buen tranco y son a Amañado por lo que tras un medido castigo en varas, de nuevo lo dejaría ver por navarras dejando todo preparado para que en la muleta viéramos la versión más relajada e inspirada de Joselito. El mexicano entendió a a la perfección la pastueña y entregada embestida del animal, en series de cinco y seis, con el de pecho, adornadas por molinetes o trincherillas del mejor repertorio del veterano coleta. Por naturales la cosa tomó ribetes de triunfo grande, lo que hizo que comenzaran a pedir un indulto que a primeras estuvo remiso el palco, incluso enviándole un recado presidencial tras perfilarse en varias ocasiones para entrar a matar. Pero la embestida del toro nunca perdió emotividad y sobre todo tranco, por ambos pitones, para de esta manera lograr convencer a usía y con ello lograr el anhelado y merecido indulto del animal. El propio torero llevó al astado hasta la puerta de corrales con celeridad y torería.

El otro triunfador de la tarde lo vino ser el local Antonio Suárez. Tenía el compromiso de quitarse el mal sabor de boca de anteriores ocasiones, tras haber dejado ir triunfos de peso por culpa de la espada o por otras razones. Pero esta vez sí, se dieron todos los elementos para cuajar una actuación cumbre, con el desparpajo y naturalidad que le atesora, como si estuviera operando -además de torero es médico-, dejando en la retina de muchos aficionados muletazos que fueron auténticas pinturas. Para ello tuvo que encontrar las embestidas del noble primero de su lote, animal agradecido en los tiempos y pausas, además de meticulosa colocación entre tanda y tandas, siempre a favor de una embestida que había que cuidar de no aburrir ni abusar de las brusquedades. Las series por la derecha contaron con el aroma del toreo caro, y más lo fueron por naturales, pitón donde reventó un trasteo que para muchos ha quedado en la memoria por lo compacta y bien estructurado que fue. Había que rematar tal obra con un espadazo para despejar los fantasmas del pasado, dejando el acero en todo lo alto para hacer doblar sin puntilla al astado, y con ello la incontestable concesión de las dos orejas.

El que cerró plaza fue uno de los deslucidos del envío, a los que de nuevo Antonio Suárez supo “recetarle” lo necesario para aprovecharle los resquicios de una embestida áspera y poco agradecida al esfuerzo. Los mejores momentos se vieron en las intermitencias que se prodigó por naturales y algunos por la derecha. De nuevo el espadazo en lo alto valdría para justificar la oreja, que para muchos fue un exceso, para otros el mérito de quien por esta última suerte se le habían escapado varios éxitos en esta misma plaza.

Otra actuación a tomar en cuenta fue la del peruano Joaquín Galdós, quien mostró galones para verle en otra oportunidad. Trance con olor a tragedia se vivió con el que hizo segundo, el cual empotró en el burladero al banderillero Fabián Ramírez, tras el fuerte remate de este y dejar en evidencia unas tablas de barrera podridas, afortunadamente siendo más aparatoso de lo que intuimos. Tras tumbar al caballo y el breve trance con las banderillas, Galdós supo dar con las teclas de la embestida noblota pero poco entregada en humillación, haciendo todo el espada andino por llegar al tendido, y en especial, luciendo los viajes del toro de cara a la galería. Las series por la zurda reflejaron mando y firmeza del torero limeño, quien no desaprovechó ningún resquicio que ofreció el astado. Una estocada trasera y tendida tras un pinchazo previo, no limitó la concesión de una oreja.

Más trabajado fue su labor frente al quinto, serio ejemplar, al que le faltó gas de la entrega y bravura, a pesar de no haberse rajado, todo en los medios, pero sin el eco que emocionara al respetable. Dos viajes con la espada fueron necesarios para enviarle a las mulillas, siendo silenciado tras sonar un aviso para Galdós.

Por la puerta grande junto con el ganadero se fueron Adame y Suárez, y con ellos también la satisfacción de haber estado presentes en una tarde entretenida, donde el toro mantuvo la emoción que es el elemento más importante en esta fiesta brava, y para lamento de muchos que menospreciaron el que en el papel era el cartel flojo del abono. Pena por ellos…

San Cristóbal (Venezuela). Jueves, 30 de enero de 2025. Primera corrida de la LX Feria de San Sebastián. Toros de Los Aranguez, bien presentados en su conjunto, en el tipo de la casa, nobles en distinto grado, destacando la nobleza del corrido en cuarto lugar, de nombre Amañado, con el número 95 y de 435 kg de peso, que fue indultado. Joselito Adame, oreja y dos orejas simbólicas; Joaquín Galdós, oreja y silencio tras aviso; y Antonio Suárez, dos orejas y oreja. Entrada: Poco más de un cuarto de plaza (aproximadamente unos 3500 espectadores) en tarde fría y nublada. Incidencias: Entre las cuadrillas destacaron la buena vara de Rene Quintana al quinto y la certera puntilla de Eliecer Paredes. El subalterno Fabian Ramírez fue empotrado tras el segundo toro rematar en el burladero, recibiendo una “fuerte contusión a nivel de la región torácica además de una articulación acromio clavicular derecha y una luxación de tobillo derecho”, pendiente de revaloración en las próximas horas a cargo del Dr. Ricardo Benvenutto.

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