No se puede entender a Litri sin Aparicio, y viceversa. Rivales en el ruedo, inseparables en la calle. No podían vivir el uno sin el otro. Valencia los unió y los lanzó a la gloria del toreo. Desde aquella temporada de 1949 en la que torearon por primera vez, pasando por aquella Feria de Julio de 1950, hasta una alternativa con historia